MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha prometido al primer ministro italiano, Mario Draghi, que habrá un suministro "estable" de gas natural hacia Italia, menos de una semana después de una polémica reunión entre el mandatario ruso y directivos de grandes empresas del país transalpino en la que se trató también la seguridad energética.
Con la polémica en torno a Ucrania como telón de fondo, Putin y Draghi han mantenido este martes una conversación telefónica en la que el primer ministro italiano abogó por rebajar tensiones, "en vista de las graves consecuencias que tendría un recrudecimiento de la crisis".
Así, Draghi y Putin estarían de acuerdo en trabajar para lograr "una solución sostenible y duradera" a la actual escalada, lo que pasa también por "reconstruir" el "clima de confianza", según un comunicado difundido por el Gobierno italiano tras la conversación entre ambos mandatarios.
Putin, según otra nota del Kremlin, ha insistido de nuevo en sus críticas al Ejecutivo ucraniano, al que ha acusado de incumplir sus obligaciones y de no aplicar los Acuerdo de Minsk, teórica hoja de ruta para lograr la paz en el este de Ucrania tras casi ocho años de guerra.
Moscú reclama garantías "vinculantes" en materia de seguridad, algo que ha venido planteando en las últimas semanas tanto a Washington como a la OTAN en su conjunto, a la que ha exigido directamente que no se amplíe hacia países del este de Europa.
Putin también ha aprovechado para brindar a Draghi garantías de que Italia tendrá un suministro "estable" de gas natural, una preocupación recurrente entre los países que dependen de la energía rusa y que temen los efectos colaterales de una escalada política e incluso bélica.
En este sentido, el presidente ruso ha reiterado su satisfacción por los resultados de la reunión celebrada el pasado miércoles con directivos de grandes empresas de Italia como la firma energética Enel o los bandos Intesa San Paolo y Unicredit.
El Gobierno italiano pidió la cancelación de este encuentro, del que se desmarcó en todo momento el Ejecutivo por coincidir con el pulso referente a Ucrania. Los empresarios defendieron que la reunión había sido solicitada con meses de adelanto, en un intento por desmarcarla de cualquier posible consideración política paralela.