Rechaza dar un estatus especial a los tártaros
OPOLZNEVOE (CRIMEA), 17 (Reuters/EP)
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha iniciado este lunes una visita a Crimea, a pesar del enfado de Ucrania, con el fin de promover el desarrollo de la península, en medio de la escalada de tensión en el este de Ucrania.
Putin ha comenzado un viaje de tres días a Crimea con el objetivo --según la web del Gobierno ruso-- de mantener encuentros encaminados al desarrollo de la península y a la promoción del turismo. En su viaje, se ha reunido con representantes de varias minorías, incluyendo los tártaros, en un lujoso complejo en la ciudad de Opolznevoe.
El líder ruso ha advertido de que los tártaros no deberían aspirar a un estatus especial en la península del mar Negro, la cual Moscú se anexionó de Ucrania en 2014, alimentando las tensiones de guerra fría entre Rusia y Occidente.
"Las relaciones interétnicas son un asunto delicado", ha afirmado Putin durante su visita a Crimea. "Veo cualquier especulación de cualquier tipo sobre los derechos especiales de una etnia en particular extremadamente peligrosa", ha aclarado.
Putin ha asegurado que Moscú no permitirá que los derechos de grupos extranjeros desestabilicen la península, incrementando los problemas a los que se enfrentan los tártaros crimeos, la tercera etnia con más presencia en Crimea, después de los rusos y los ucranianos.
"Crimea es esencialmente un espejo de la multietnia rusa. Aquí, como en toda Rusia, necesitamos prestar una mayor y constante atención para construir una mayor paz y armonía, aunando los esfuerzos de las autoridades del Estado y la sociedad civil", ha declarado Putin. "Por lo tanto, considero este encuentro con vosotros verdaderamente importante", ha sostenido.
LOS TÁRTAROS EN LA ENCRUCIJADA
Los musulmanes tártaros constituyen más del 10 por ciento de la población de Crimea y gran parte se opuso a caer bajo el dominio ruso en 2014, recordando las deportaciones masivas ordenadas por el Kremlin durante la era soviética. Las nuevas autoridades de Crimea han presionado a este grupo desde la anexión para que se alinee con ellas.
Rusia ha sido criticada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Naciones Unidas, el Consejo de Europa, y Turquía por el tratamiento que le ha dado a los tártaros, una minoría de origen turco.
Los tártaros empezaron a volver a Crimea en grandes cantidades después de la desintegración de la URSS en 1991 y disfrutaron de un resurgimiento en Ucrania. No obstante, desde la anexión de 2014, las fuerzas de seguridad rusas han impedido las asambleas de tártaros, conocidas como 'majlis', y los han desalojado de sus locales.
Rusia también ha silenciado la cadena de televisión de los tártaros, ATR, y ha prohibido varias actividades locales, incluso algunos tártaros han sido matados, golpeados o han desparecido. Además, dos líderes de la comunidad fueron excluidos de Crimea.
Sin embargo, Moscú también ha realizado gestos conciliadores para ganarse a los tártaros de Crimea. Ha garantizado su rehabilitación jurídica junto a otras minorías étnicas que sufrieron bajo el mandato del dictador Joseph Stalin, y ha concedido estatus oficial a su idioma.
Además de la inhibición de los tártaros leales a Kiev, Moscú ha buscado promover nuevos grupos de tártaros que podrían estar dispuestos a colaborar con el Kremlin. La mezcla de presión y promesas han llevado a que los tártaros estén divididos entre si resistirse o tratar con Rusia.
ENFADO DE KIEV
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha criticado a su homólogo ruso por la visita a Crimea, advirtiendo de que esta acción es parte de un plan para aumentar las tensiones en el este del país.
"Está desafiando al mundo civilizado y esto supone una continuación del plan de agravar la situación llevado a cabo por las tropas rusas y por sus mercenarios en Donbás (este de Ucrania)", ha denunciado Poroshenko en un comunicado publicado en Facebook. El presidente ucraniano ha destacado que Crimea solo tiene futuro como parte de Ucrania y que eso incluye su futuro "turístico".
El líder ruso ha calificado la anexión de Crimea como un asunto histórico de justicia. Sin embargo, las sanciones impuestas por Occidente debido a la incursión de Rusia en Ucrania han pasado factura a su economía en crisis.
La recesión económica del país se debe a los bajos precios del petróleo y a la devaluación del rublo, la moneda nacional, y se ha visto empeorada al detenerse las transferencias tecnológicas desde Occidente, las cuales son cruciales para el desarrollo de Rusia.