Manifestación A Favor De Osama Bin Laden
REUTERS/STRINGER PAKISTAN
Actualizado: viernes, 6 mayo 2011 10:12

WASHINGTON, 6 May. (Reuters/EP) -

Terroristas de Al Qaeda meditaron atentar contra la red ferroviaria estadounidense con motivo del décimo aniversario de los atentados del 11-S, que tendrá lugar este mismo año, según han informado fuentes del Gobierno estadounidense, las cuales han accedido a la información recabada en el complejo donde se ocultaba el líder de la red terrorista, Osama Bin Laden.

Al parecer, éste y sus socios habían comentado o incluso comenzaban a preparar un atentado de esta naturaleza. Una posible estrategia sería que alguien tratara de hacer descarrilar el tren, pero nada hace pensar que los terroristas habían comenzado a desarrollar la operación.

Tanto el Departamento de Seguridad Interior como otras agencias públicas han estado revisando la información obtenida en el complejo paquistaní donde se refugiaba Bin Laden, hasta que fue abatido por fuerzas norteamericanas el pasado domingo.

Otra fuente había informado antes de que Al Qaeda ideó en febrero de 2010 un atentado contra los trenes, ataque que ocurriría aproximadamente en torno al 11 de septiembre del presente año, si bien los agresores no se ceñían a una fecha determinada.

El propio portavoz del Departamento de Seguridad Interior, Matthew Chandler, ha comentado que "no está claro si se han llevado a cabo nuevos planes desde febrero del año pasado". Sin embargo también matizó que estas conjeturas se basan en "información inicial, que a menudo es errónea o inexacta y sujeta a cambios".

Tres agentes de orden público y seguridad nacional de Estados Unidos habían revelado a Reuters que la amenaza citada en el boletín de Seguridad Interior data de hace un año.

Ya en 2008 las autoridades norteamericanas advirtieron de una posible amenaza terrorista contra los sistemas de transporte en la ciudad de Nueva York y alrededores, precisamente durante el fin de semana del 'Día de Acción de Gracias'.

El año pasado un inmigrante afgano se declaró culpable en Nueva York de haber planeado una campaña de atentados suicidas contra el metro de Manhattan, en lo que la Administración consideró como una de las más graves amenazas terroristas desde el 11-S.

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