EL CAIRO, 30 May. (DPA/EP) -
La Fiscalía de Qatar ha acusado al activista laboral keniano Malcolm Bidali, detenido a principios de este mes, de difundir una campaña de desinformación en el país del golfo Pérsico después de que varias ONG humanitarias denunciaran que se encontraba prácticamente incomunicado y en paradero desconocido.
En respuesta, la Oficina de Comunicaciones del Gobierno de Qatar (GCO) ha explicado que el caso de Bidali ha sido remitido a la Fiscalía y acusado formalmente.
"El señor Bidali ha sido acusado formalmente de delitos relacionados con pagos recibidos por un agente extranjero para la creación y distribución de desinformación dentro del estado de Qatar", según la oficina.
"El señor Badali está recibiendo asesoramiento y representación legal antes del juicio, que aún no se ha fijado", ha agregado el organismo, sin dar más detalles.
Este pasado sábado, un grupo de varias ONG, entre ellas Amnistía Internacional, pidieron al Gobierno de Qatar que revelara el paradero de Bidali, de 28 años de edad, que habría sido detenido hace tres semanas. El propio activista informó a su madre el día 20 de este mes que estaba recluido en régimen de aislamiento durante 23 horas al día y que no tenía acceso a un abogado.
"Migrant-Rights.org, FairSquare, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Business & Human Rights Resource Center instan a las autoridades de Qatar a liberar de inmediato al señor Bidali, que parece haber sido detenido por el ejercicio pacífico de sus derechos humanos", según un comunicado recogido por la web de Amnistía.
Las autoridades de Qatar reconocieron el 12 de mayo que Bidali estaba bajo su custodia, pero se negaron a decir dónde estaba detenido o por qué. "Hasta que se revele la ubicación de Malcolm Bidali, y hasta que sea llevado ante un tribunal para enfrentar cargos reconocibles o sea puesto en libertad, su detención sigue constituyendo una desaparición forzada", según las organizaciones.
El activista es una presencia activa en redes sociales, donde acusa bajo seudónimo a Qatar de vulnerar los derechos de los trabajadores. Precisamente un supuesto agente informático catarí habría utilizado un mensaje trampa en Twitter para identificar su paradero a través de una técnica llamada phishing, con un enlace a una web falsa destinada a averiguar su localización exacta.