EL CAIRO 7 Jul. (Reuters/EP) -
El gobierno de Qatar ha vuelto a rechazar este viernes las acusaciones de injerencia en asuntos de otros países y financiación del terrorismo vertidas por Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Bahréin en su primera respuesta pública a las acusaciones.
"La posición del Estado de Qatar sobre el terrorismo es coherente y conocida por su rechazo y condena de todas las formas de terrorismo, cualesquiera que sean las causas y motivos", ha publicado la agencia de noticias estatal citando a fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Sin embargo los cuatro países árabes involucrados en la disputa han señalado que la negativa de Doha a aceptar sus demandas prueba sus vínculos con grupos terroristas.
Sus demandas incluían el cierre del canal de televisión panárabe Al Yazira y de la base militar turca en Doha. Tras la negativa del emirato a aceptar las reclamaciones los cuatro países han sentenciado que sus exigencias ya no están vigentes y que promulgarán nuevas medidas contra el pequeño estado del golfo Pérsico, sin especificar cuáles serán.
MEDIACIÓN BRITÁNICA
En medio de este litigio Reino Unido ha enviado a su ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, para reunirse con representantes de Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, en un intento de rebajar la tensión. "El ministro de Exteriores instará a todas las partes a apoyarse en los esfuerzos de mediación de Kuwait, que Reino Unido apoya firmemente, trabajando por la unidad del Golfo y la estabilidad de la región", ha señalado el Gobierno británico.
Los cuatro estados árabes, que también acusan a Qatar de aliarse con Irán, han decidido hasta el momento cortar las relaciones diplomáticas y de transporte. El pequeño emirato por su parte ha anunciado que sigue dispuesto a "cooperar y revisar todas las reclamaciones que no contradigan la soberanía del Estado de Qatar". Funcionarios qataríes han denunciado en repetidas ocasiones que las demandas eran tan estrictas que los cuatro países acusadores nunca pensaron seriamente en negociarlas sino en utilizarlas para justificar su política contra Qatar.