MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El 10 de abril de 2022, los franceses están llamados a las urnas para elegir quién quieren que gobierne el país durante los próximos cinco años. El sistema, de dos vueltas, favorece a los candidatos de consenso y, en principio, el actual mandatario, Emmanuel Macron, parte como favorito.
A continuación, repasamos quiénes son los principales protagonistas de una precampaña que está ya en pleno auge a dos meses vista de los comicios:
EMMANUEL MACRON
Macron, exministro de Economía durante la etapa del socialista Franois Hollande en el Elíseo, culminó en 2017 una meteórica irrupción en la primera línea política. Lo hizo con un movimiento centrista y liberal de nuevo cuño, reconvertido a la postre en La República en Marcha, y después de arrastrar a un amplio espectro de votantes que se reflejó también en la procedencia variada de altos cargos.
La Constitución gala contempla hasta un máximo de dos mandatos consecutivos para el presidente, por lo que Macron está en su derecho de querer repetir otros cinco años. El actual mandatario ha evitado hacer oficial una candidatura que ya todos dan por sentado y que, de hecho, ha superado ya el umbral de los 500 avales de cargos electos, imprescindible como primer trámite.
Macron figura como favorito en todos los sondeos y es el único candidato consolidado por encima del 20 por ciento en intención de voto para la primera vuelta. Para la segunda y definitiva ronda --el 24 de abril--, partiría con ventaja especialmente si se tuviese que enfrentar con los ultraderechistas Marine Le Pen y Éric Zemmour, pero no tendría tantas garantías en caso de cara a cara con Valérie Pecresse, de Los Republicanos.
VALÉRIE PECRESSE
Pecresse representa a la derecha clásica francesa, heredera de la Agrupación por la República de Jacques Chirac y de la Unión por un Movimiento Popular de Nicolas Sarkozy. Lidera a Los Republicanos, que lastrado por las polémicas y de la mano de Franois Fillon se quedó fuera de la segunda vuelta en 2017.
Pecresse, presidenta del consejo regional de Isla de Francia, salió vencedora de unas primarias en las que no figuraba como favorita y ha reflotado a su partido en los sondeos, algo que parecía impensable hace solo unos meses. Figura segunda en intención de voto y, si termina de culminar su ascenso, sería la primera mujer en ocupar la Presidencia de Francia.
MARINE LE PEN
La hija y heredera política de Jean Marie Le Pen encara su tercera candidatura presidencial. Lo hace cinco años después de que lograse reeditar el hito de su padre y pasar a la segunda vuelta y con el aval de que su formación, Agrupación Nacional, ya le ganó la partida a Macron en las elecciones europeas de 2019.
En esta ocasión, Le Pen ha intentado moderar algo su imagen, en gran medida a costa de presentar a Zemmour como el verdadero candidato radical de derechas, pero se ha encontrado con la inesperada irrupción de Pecresse. Así, ya no tiene tan asegurado el pase a la segunda vuelta que le venían anticipando todos los sondeos en 2021.
ÉRIC ZEMMOUR
Zemmour se curtió ante la opinión pública francesa como polemista, paseándose por los medios de comunicación con ideas ultraderechistas a las que ha terminado dando la forma de Reconquista, su proyecto político. Su ascenso en las encuestas fue fulgurante, pero ha terminado por desinflarse en estas últimas semanas hasta la cuarta posición.
El vídeo de presentación de su candidatura, prometió "salvar" Francia frente a supuestos desafíos vinculados con la inmigración, la inseguridad o la reivindicación de derechos LGTBI. Zemmour se siente cómodo entre escándalos y sus polémicas declaraciones le han llevado a los tribunales --en enero fue condenado por incitar al odio racial--.
JEAN-LUC MÉLENCHON
El líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha representado en esta última década a la izquierda más combativa, tratando de venderse como alternativa al supuesto centrismo del Partido Socialista. Mélenchon ya ha concurrido a dos elecciones presidenciales, con un especial éxito en las de 2017, cuando se acercó incluso al 20 por ciento.
Las encuestas actuales, sin embargo, le conceden una intención de voto que ronda la mitad del resultado obtenido hace cinco años. La próxima cita se presenta como la última bala en la recámara de un candidato que tiene ya 70 años y, para tener alguna opción, Mélenchon debería atraer el voto útil dentro de una izquierda fragmentada.
YANNICK JADOT
El eurodiputado Yannick Jadot representa a Europa Ecología-Los Verdes, bandera política del ecologismo en Francia. En 2017, renunció a una primera candidatura presidencial para dar su apoyo al entonces aspirante socialista, Benot Hamon, pero en esta ocasión es él quien figura por encima de la abanderada del PS, Anne Hidalgo, en los sondeos.
Rivaliza con Mélenchon por ser el principal aspirante de la izquierda, aunque por ahora parece que ninguno de ellos supera el 10 por ciento.
CHRISTIANE TAUBIRA
Christiane Taubira confirmó a mediados de enero su candidatura, después de meses de especulaciones. La exministra de Justicia, una figura popular en Francia, irrumpió cuando ya el resto de rivales había tomado ya posiciones y con la esperanza de relanzar a la izquierda desde una plataforma independiente.
Se alzó como vencedora de las conocidas como Primarias Populares, una iniciativa ciudadana ajena a los partidos políticos y cuya legitimidad han puesto en duda tanto Jadot como Mélenchon. Taubira sí declaró que aceptaría el veredicto de esta votación, en la que participaron más de 450.000 personas y que tenía como principal valedor a Hollande.
ANNE HIDALGO
El PS proclamó en octubre como candidata a Hidalgo, que llegaba precedida de dos victorias electorales en París en plena travesía por el desierto de sus compañeros socialistas. Su figura, sin embargo, no ha terminado de despegar, hasta el punto de que podría obtener peores resultados que Hamon, que no llegó al 7 por ciento hace cinco años.
Hidalgo ha tratado de tomar la iniciativa planteando una plataforma unitaria a otros candidatos de izquierda, pero su idea ha caído en saco roto. Sin embargo, la alcaldesa de la capital ha descartado tirar la toalla a la espera de lo que pueda pasar en los próximos dos meses y de que termine pesando el hecho de tener detrás a un partido ya consolidado y con experiencia de poder.