MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Yemen, uno de los países en los que el impacto de la llamada 'Primavera Árabe' provocó un cambio de régimen, ha vivido desde entonces en medio de una inestabilidad que caracteriza históricamente al país, a pesar de que el proceso de transición y los aplausos de la comunidad internacional dieran por cerrada la crisis.
El levantamiento popular logró la salida del poder de Alí Abdulá Salé, quien accedió a entregar la Presidencia a su 'número dos', Abdo Rabbu Mansur Hadi, en el marco de un acuerdo que le concedió inmunidad y le permitió permanecer en el país, donde mantiene gran influencia.
La fragmentación tribal y religiosa del país, caracterizado históricamente por sus múltiples líneas de fractura y la injerencia de potencias como Reino Unido, Estados Unidos, Egipto o Arabia Saudí, acrecentaron las luchas por el poder ante la situación de colapso del anterior Gobierno y de la reestructuración en el Ejército y las fuerzas de seguridad.
En medio de esta situación, la milicia chií huthi --muy activa políticamente-- ha conseguido importantes avances territoriales, llegando a hacerse con el control de la capital, Saná, y forzando a Hadi a incluirles en un nuevo Gobierno.
Esta milicia ha provocado que la situación vuelva a saltar a la primera plana tras los últimos enfrentamientos y la toma del palacio presidencial, en lo que el Gobierno ha descrito como un intento de golpe de Estado.
La actual 'crisis', que en realidad es un nuevo coletazo del sempiterno caos en el país, se desencadenó tras la orden de Hadi al Ejército de hacerse con el control de Saná tras el secuestro de su jefe de gabinete, lo que fue considerado por los huthis como un intento de desmantelar los Comités Populares, milicias leales al grupo desplegadas en puntos clave de la capital.
¿QUIÉN ES QUIÉN?
- El presidente y el Gobierno: Hadi, elegido en 2012 en unos comicios en los que fue el único candidato, cuenta con el respaldo de la comunidad internacional y con la mayoría de la comunidad suní del país, a la que pertenece. Su poder se ha visto cuestionado y debilitado tras la toma de Saná por parte de los huthis, quienes le permitieron seguir en el poder en el marco del acuerdo alcanzado en septiembre.
General y vicepresidente del país entre 1994 y 2012, fue uno de los principales apoyos de Salé hasta su caída, si bien en los meses previos a la misma se fue distanciando de él en medio de los rumores que apuntaban hacia él como figura de consenso para encabezar la transición.
En las presidenciales fue respaldado por el partido gubernamental --del que fue expulsado hace varios meses-- y por la oposición, tras lo que en marzo de 2013 lanzó una Conferencia de Diálogo Nacional, en el que participaron varias formaciones políticas, sociales y tribales para intentar poner fin a la inestabilidad económica y política.
A nivel de seguridad, ha abogado por mantener la lucha contra Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), para lo que alcanzó un pacto con los huthis, uno de los principales rivales de la formación yihadista.
- Los huthis: la milicia chií es el grupo político y militar mejor organizado del norte del país, y en la actualidad controla el territorio que se extiende entre la provincia de Saada --en la frontera con Arabia Saudí-- hasta la capital, extendiendo su influencia en algunos puntos más al sur.
El grupo, también conocido como Ansarulá o Jóvenes Creyentes, pertenece a la rama zaidí del chiísmo, que reconoce a los cuatro primeros imames --al igual que el resto de los chiíes--, si bien no reconoce al quinto, de ahí que se les conozca como quinquemanos, frente a los septimanos o ismailíes y los duodecimanos o imamíes, actualmente en el poder en Irán.
Por ello, y a pesar de que Irán se ha mostrado favorable a algunas de las reclamaciones de los huthis, el grupo no tiene una base ideológica compartida con Teherán, sin bien el Gobierno y sus aliados han acusado en numerosas ocasiones de financiar y apoyar el levantamiento.
Su papel en la escena política nacional aumentó durante el levantamiento popular contra Salé --uno de sus principales adversarios-- en 2011. Los huthis rechazaron frontalmente la cláusula de inmunidad para el ahora expresidente, así como al nuevo Gobierno, reclamando su inclusión en el mismo para conseguir mayor representatividad.
Los principales rivales a nivel militar del grupo son AQPA, que considera a la comunidad chií como apóstata y justifica el asesinato de sus miembros, así como Ansar al Sharia, una milicia radical suní presente en el sur y el este del país.
- Al Islah: Al Islah, apócope de Congregación Yemení para la Reforma, es el principal partido islamista y opositor del país, fundado en 1990 bajo el liderazgo del jeque Abdulá al Ahmar, que contó en su nacimiento con el apoyo de Salé, quien potenció un islamismo político para rebajar el peso histórico de los imames zaidíes en el país.
Asimismo, Salé se aprovechó durante los primeros años de su mandato de este islamismo político para reducir el poder de las formaciones marxistas presentes en el sur del país, con el Partido Socialista de Yemen (PSY) a la cabeza.
El partido mantiene lazos con los Hermanos Musulmanes egipcios. En la actualidad, se opone a la ofensiva contra los huthis argumentando que ello supondría apoyar al Gobierno, respaldado por Occidente.
- AQPA: La rama yemení de la Al Qaeda es una de las más activas en la actualidad, y sus milicianos son objetivo de ataques aéreos por parte de aviones no tripulados estadounidenses, que cuentan con el respaldo del Gobierno.
Yemen ha sido siempre parte integral de la estrategia de Usama bin Laden, cuyo padre nació en el país y se trasladó posteriormente a Arabia Saudí, donde se convirtió en un exitoso hombre de negocios. De hecho, uno de sus principales atentados contra objetivos estadounidenses antes del 11-S se produjo en octubre del 2000 contra el destructor 'USS Cole' en el puerto de Adén.
La organización reforzó sus filas a partir de los años 90 con el regreso de los muyahidines que combatieron a los soviéticos en Afganistán y que participaron del lado de fuerzas yihadistas, algunas vinculadas al sector más extremista de Al Islah, en la guerra civil contra el PSY y los partidos afines.
El rápido incremento del peso del yihadismo en la zona ha derivado en que el grupo se haya hecho con el control de vastas zonas del país, suponiendo una amenaza para las fuerzas de seguridad, debido al giro estratégico del grupo, que busca imponer una visión radical del Islam y considera ilegítimas a las autoridades actuales.
- Salé: El expresidente yemení es un importante factor en la política nacional a pesar de su salida de la primera plana. Durante muchos años fue considerado por los países occidentales como un 'hombre fuerte' capaz de mantener unido al país, si bien realmente no solucionó ninguno de los problemas sociales y económicos y azuzó las divisiones políticas.
Tras 33 años en el poder, firmó un acuerdo mediado por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y abandonó el país para recibir tratamiento médico en Estados Unidos debido a las heridas sufridas en un atentado contra él en junio de 2011, antes de regresar para traspasar el poder a Hadi.
Su peso en el Congreso General del Pueblo (CGP) es tal que la formación llegó a expulsar a Hadi después de que apoyara las sanciones de la ONU contra él por obstaculizar la transición política yemení a través de una alianza con los huthis, algo que el exmandatario ha negado.
- Al Hirak: El partido separatista Al Hirak (o Movimiento Separatista del Sur), que aspira a la secesión, ha quedado apartado del foco del conflicto recientemente. Fundado en 2007, está encabezado por Alí Salim al Beidh, quien fue secretario general del PSY y vicepresidente del país entre 1990 (tras la unificación) y 1993, cuando su salida del Gobierno precipitó el estallido de la guerra civil.