El eterno vicepresidente, un banquero y una periodista, los favoritos para ganar la Presidencia de Ecuador
MADRID, 18 Feb. (EDIZIONES) -
Ocho personas competirán este domingo para suceder a Rafael Correa como presidente de Ecuador tras más de una década en el cargo, pero en realidad solo tres tienen opciones reales de pasar los próximos cuatro años en el Palacio de Carondelet:
LENIN MORENO
Lenin Moreno, de 63 años, y su aspirante a vicepresidente, el actual 'número dos' Jorge Glas, son la baza de la izquierda ecuatoriana --representada por el gobernante Alianza PAIS y su nuevo socio, el Frente UNIDOS-- para retener el poder.
El candidato oficialista es una cara de sobra conocida por todos los ecuatorianos, ya que ha acompañado a Correa desde sus inicios, en 2007, hasta 2013, cuando abandonó la Vicepresidencia para asumir el cargo de enviado especial de la Secretaría General de Naciones Unidas sobre Discapacidad y Accesibilidad.
En su calidad de antiguo 'número dos', Moreno ha prometido mantener los logros de esta "década ganada" --como ha bautizado el oficialismo al mandato de Correa-- e intentar superar lo conseguido. "La experiencia ha sido buena, por eso, seguiremos con esta lucha", defendió al hacerse con la nominación presidencial.
Moreno se presenta como un ejemplo de superación nacional. Nacido en Rocafuerte, una pequeña localidad de la selva amazónica, en una modesta familia de maestros rurales, logró despejar el camino hasta licenciarse en Administración Pública en la Universidad Central de Ecuador y convertirse en el director de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo.
Su vida dio un giro radical cuando en 1998, en el auge de su carrera empresarial, hombres armados le dispararon por la espalda en plena calle para robarle. La bala dañó gravemente la médula espinal y le dejó paralítico a los 44 años.
Moreno sufrió una dolorosa convalecencia tras la cual decidió "volver a vivir" y ayudar a otras víctimas de experiencias traumáticas a hacer lo mismo mediante su 'teoría del humor', que ha difundido por todo el mundo con conferencias y libros.
Fue su lucha por los discapacitados lo que le valió la atención del entonces secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, que en diciembre de 2013 le fichó para un cargo de nueva creación con sede en Ginebra especializado en lo que llama "la minoría más grande del mundo".
Su perfil humanista e internacional es uno de sus puntos fuertes, sin embargo, es también el origen de la principal tacha en su currículum: ha sido acusado de cobrar dinero por dar "charlas motivacionales" a funcionarios ecuatorianos al mismo tiempo que trabajaba para la ONU con propósitos similares.
Moreno ha admitido que cobró 10.000 dólares por dar un discurso ante el Cuerpo de Bomberos de Quito pero ha sostenido que fueron donados a la Fundación Eventa, que pertenece a su familia y que tiene como objetivo a ayudar a niños y ancianos abandonados.
GUILLERMO LASSO
Este banquero de 61 años natural de Guayaquil, que concurre a los comicios presidenciales con su virtual vicepresidente Andrés Páez, es la propuesta del liberal Movimiento Creando Oportunidades (CREO) y de su nuevo aliado, el centrista SUMA 23, para este 19 de febrero.
Es la segunda vez que Lasso trata de llegar a la Jefatura del Estado. Ya lo intentó en el proceso electoral de 2013 como primer espada del recién creado CREO y tan solo consiguió un 22 por ciento de los votos frente a un imparable Correa.
Para esta segunda tentativa se presenta como el "cambio" que necesita Ecuador, en medio de la crisis económica que amenaza con desmantelar la red de bienestar social que la Revolución Ciudadana de Correa ha labrado en los últimos diez años.
La receta de Lasso es una "racionalización administrativa", una desregulación burocrática y un alivio fiscal para estimular la demanda interna, devolver a Ecuador a los mercados internacionales y crear un millón de empleos en cuatro años --su promesa estrella--.
En el plano netamente político, Lasso promete acabar con "toda forma de caudillismo, mesianismo o personalismo político" --según el manifiesto ideológico de CREO-- y restaurar el "sistema de pesos y contrapesos" a través de otra reforma constitucional.
Uno de sus frentes de batalla será la libertad de expresión. El candidato conservador ha avanzado que derogará la Ley Orgánica de Comunicación que ha permitido al Gobierno de Correa estrechar el cerco sobre la prensa ecuatoriana.
Su propuesta de gobierno incluye también un eje social, menos desarrollado que los anteriores, basado en la educación, la sanidad y el acceso a la vivienda, y que está profundamente influenciado por sus convicciones religiosas como supernumerario del Opus Dei.
Lasso ha señalado como sus referentes internacionales al presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, que el año pasado consiguió imponerse a los otros aspirantes con una tercera vía de corte centrista, y el español José María Aznar, de quien admira la política económica.
Sus credenciales abarcan los sectores público y privado. Lasso, licenciado en Economía por la Universidad Pontificia, amasó una fortuna con una carrera estelar en el sector bancario que le llevó incluso a la Presidencia del Banco de Guayaquil y que abandonó en los años 90 para formar parte de los gobiernos de Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez.
CYNTHIA VITERI
Viteri, de 51 años, es la única mujer que compite en estas votaciones presidenciales y lo hace por el Partido Social Cristiano (PSC), una reminiscencia del antiguo sistema político ecuatoriano, que colapsó con el ascenso de Correa al Gobierno, junto a Mauricio Pozo.
Su irrupción en esta pugna electoral ha sido un tanto accidentada, como su propia carrera. A los 16 años se quedó embarazada y dejó la escuela para volver después y licenciarse en Derecho por la Universidad de Guayaquil, su ciudad natal, aunque nunca llegó a ejercer de jurista. Fue modelo y periodista hasta que en 1992 inició su militancia en el PSC, que la ha llevado a cargos de altura como vicepresidenta de la Asamblea Nacional y diputada.
También cuenta en su expediente con una frustrada candidatura presidencial en 2006 en la que quedó en quinto lugar con el diez por ciento de los votos. Desde entonces se ha centrado exclusivamente en su labor como parlamentaria.
La segunda intentona llegó el pasado noviembre, después de que La Unidad, una coalición con la que los principales partidos políticos de derechas pretendían hacer un frente común contra Moreno, se desintegrara por desavenencias internas.
Viteri se postula con una propuesta similar a la de Lasso, incluso en el eslogan: "cambio positivo". Promete bajar impuestos, eliminar trabas burocráticas y enmendar la Carta Magna para garantizar la independencia de poderes. También ha prometido crear empleos --en su caso 800.000--, si bien su gancho electoral es no cobrar la luz a los hogares más pobres.
Su personalidad es en realidad su gran activo. No ha dudado en presentarse como la rival natural de Correa, con quien ha protagonizado fuertes enfrentamientos verbales, el más grave a raíz de las críticas del mandatario a su madre, magistrada de la Corte Provincial de Guayas, por el caso contra el diario opositor 'El Universo'.
Viteri ha calificado de "ignorante", "cobarde" e "hipócrita" a Correa y de "parodia del socialismo del siglo XXI" a sus políticas. Éste, por su parte, ha advertido de que su ascenso a la Presidencia supondrá la resurrección de la élite ecuatoriana que llevó al país a la ruina en 1999.
Sobre sus hombros carga un escándalo de tráfico de influencias destapado por Wikileaks. Según los documentos filtrados, Viteri accedió a recibir una generosa donación en 2006 del empresario Fidel Egas a cambio de que su candidato a la Vicepresidencia fuera una persona de su confianza.