MOSUL 19 Jul. (Reuters/EP) -
La batalla por Mosul se acerca a su fin tras nueve meses de enfrentamiento entre el Ejército iraquí y Estado Islámico, una guerra que ha forzado a más de un millón de personas a huir de sus hogares y que ha provocado una crisis humanitaria que, según advierten organizaciones en el terreno, todavía puede empeorar.
La mayoría de los desplazados se refugian en campos como el de Al Salamiya, en la llanura de Nínive, donde cerca de 2.000 familias viven en tiendas de campaña. Los que regresan a sus hogares se encuentran casas, colegios y escuelas destruidos y se enfrentan a la falta de agua y suministros y a la amenaza de trampas y disparos. Barrios enteros de la segunda ciudad más grande de Irak han quedado reducidos a escombros y las calles están aún llenas de restos de la guerra.
"El fin de la batalla por Mosul no es el fin del sufrimiento de los civiles, la situación humanitaria no sólo sigue siendo grave, sino que podría empeorar", ha declarado el Consejo Noruego para los Refugiados, una de las organizaciones que colaboran en la reconstrucción de la ciudad y la asistencia a la población.
"Estado Islámico fue muy malo y hubo mucho sufrimiento, no había trabajo y estaban muy enfadados, dejamos mucho atrás, coche, casa", ha relatado Muhamad Jasim, de 44 años, que huyó con su esposa e hijos del distrito de Al Kasik hace seis semanas, durante las fases finales de la batalla contra Estado Islámico. Ahora viven en una tienda de campaña en el campo de desplazados de Al Salamiya. "Tenía miedo por mis hijos. Tuve que irme", ha declarado.
El campo de Al Salamiya acoge en su mayoría a personas del oeste de Mosul y de pueblos cercanos y abrió sus puertas a finales de mayo auspiciado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Gobierno iraquí.
"No es fácil, la gente está frustrada. Este es el comienzo, lo veremos en un par de meses", ha declarado el responsable del campo, el director de la agencia francesa ACTED, Ali Saleh, a quien todos los días las personas que viven en el campo le piden trabajo, ayuda para encontrar una tienda de campaña o le plantean otros problemas.
EL DÍA A DÍA EN AL SALAMIYA
"No tenemos dinero para comprar cosas, no hay nada más para nosotros que sentarnos aquí, no tenemos suficiente comida, tenemos que gastar lo que tenemos en verduras, hielo, la ración de comida mensual no es suficiente", ha sentenciado. El campo cuenta con una escuela, una clínica médica y recientemente se ha construido un acueducto que permite obtener agua.
Aunque el comercio está en contra de las reglas del campo, la administración permite que los desplazados pongan puestos y en Al Salamiya se pueden comprar nueces, pasteles, frutas, verduras y artículos para el hogar. "Mucha gente trabajaba antes de esto y ahora necesitan apoyo financiero, si cerramos las tiendas, no tendrán nada", ha explicado Saleh.
De momento, la enfermería cuenta con los suministros y el equipo necesarios, ha dicho el doctor Ahmed Yunis, "pero no sabemos en el futuro". Las dolencias más comunes en los desplazados del campo son fiebres, diarreas, infecciones y dolores de estómago, ha indicado Yunis. La clínica del campo abre desde las tres del mediodía hasta las diez de la noche y atiende a unas 300 personas diariamente.
Además, miles de personas carecen de documentos que les identifiquen o certificados de nacimiento o matrimonio. "Estado Islámico no emitió documentos o los que emitió no son válidos y otros huyeron sin nada", ha explicado Nicolo Chiesa, miembro de Italia Tierra de Hombres, que colabora con los tribunales locales realizando registros.
Más de 300 mujeres en el campo han quedado viudas y muchos niños huérfanos son acogidos por parientes u otras familias. Solo 23 familias se han marchado del campo para volver a sus casas, y una de ellas regresó al campo, ha contado el segundo encargado del campo, Razhan Dler. "Dijeron que no había nada para ellos en Mosul", ha añadido.
VOLVER A LA NORMALIDAD
En algunas partes de Mosul los mercados y las casa vuelven a abrirse, la vida vuelve a la normalidad especialmente en el este de la ciudad, liberada del grupo terrorista en enero. Sin embargo, todavía quedan varios focos de resistencia.
Muchas escuelas han vuelto a abrir las aulas, entre ellas la de Kadiz Abdulajad en el oeste de Mosul, cerca de la Ciudad Vieja donde se produjo una feroz lucha en las etapas finales de la batalla. Además de las lecciones de lectura, escritura y matemáticas se aprenden conocimientos sobre minas y otros explosivos.
El hospital principal ha sido derruido y ha quedado inoperativo, pero un centro sanitario en el oeste de Mosul atiende diariamente. Las lesiones cada vez tienen menos que ver con heridas de guerra, ha informado el doctor Mohammud, que ha contado que ahora reciben sobre todo "niños deshidratados y con desnutrición". En las últimas dos semanas se han practicado 50 cesáreas y 102 bebés han nacido de parto natural.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado de que a medida que los combates disminuyen llegan más niños no acompañados y que se han encontrado bebés entre los escombros de la guerra. "Las profundas cicatrices físicas y mentales de los niños tomarán tiempo para sanar", ha declarado Naciones Unidas. "Unos 650.000 niños y niñas han vivido la pesadilla y pagan un precio terrible", han alertado.
UNICEF entrega agua a medio millón de personas al día, un total de 3,3 millones de litros en la ciudad y sus alrededores. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado que miles de familias se encuentran en un alto riesgo de inseguridad alimentaria y requieren de ayuda para sobrevivir.
"UNA NUEVA ERA"
"La victoria de Mosul es definitivamente el comienzo de una nueva era en Irak y esperamos que sea una época de reconciliación y reconstrucción", ha declarado a Reuters el embajador de la Unión Europea en Irak, Patrick Simonnet, en una visita oficial.
Simonnet ha indicado como prioridad la protección de la sociedad civil, que debe hacerse, ha remarcado, evitando el castigo colectivo a personas sospechosas de ser simpatizantes de los terroristas. Ha pedido al Gobierno que investigue los presuntos ataques de venganza de militares iraquíes y que restablezca de inmediato el Estado de Derecho.
Asimismo, el embajador de la UE ha apelado a la comunidad internacional a que aumente la ayuda para la reconstrucción de Mosul. "Hay un coste, un coste importante en nuestra opinión, de no hacer nada", ha advertido.