Desde 1979 ha habido casi 20.000 muertos por artefactos sin explotar
SIEM REAP (CAMBOYA), 13 Jul. (Reuters/EP) -
Pit, con solo dos años y un ojo, tarda solo 11 minutos en detectar una mina antipersona enterrada en un campo camboyano, trabajo que a los humanos con detectores de metal les podría llevar hasta cinco días de investigación.
Pero Pit no es humano. Es parte de un equipo de ratas de élite, importadas desde África, que el Gobierno de Camboya está entrenando para olfatear minas que todavía plagan el país después de décadas de conflicto.
"Bajo un cielo despejado, sería más rápida", ha dicho Hul Sokheng, un veterano desminador camboyano, quien supervisa el entrenamiento de los doce adiestradores que trabajan con 15 grandes ratas para limpiar las tierras de cultivo de Camboya y los pueblos rurales de bombas. "Son ratas salvavidas", ha comentado bajo el cielo lluvioso.
Su trabajo es vital en un país donde artefactos sin explotar, incluidas minas y granadas sin explotar, han matado a casi 20.000 personas y herido aproximadamente a 44.000 desde 1979, según el Gobierno de Camboya.
CAPACES DE OLER TNT
Pit es capaz de oler TNT altamente explosivo dentro de las minas antipersona, vigilada por dos adiestradores que la atan a una cuerda ya que la rata busca entre la hierba.
Pit y las demás --de una raza de Gambia-- fueron traídas a Camboya desde Tanzania en abril por una organización sin ánimo de lucro belga, APOPO, para ayudar a limpiar minas. Fueron entrenadas desde que tenían cuatro semanas.
En el campo de entrenamiento, Pit olfateaba objetos perfumados con TNT, se paraba, cavaba un poco y era premiada por su adiestrador con un plátano. "Sabe su obligación: buscar", ha dicho su adiestrador, Hul Sokheng.
Las minas antipersona y los residuos explosivos de guerra han supuesto una severa pérdida para los camboyanos. El Servicio Camboyano de Información de Víctimas de Minas ha registrado 19.64 muertes desde 1979.
Camboya está todavía plagada de minas tras emerger de décadas de guerra, incluyendo el genocidio de los campos de exterminio de los Jemeres Rojos de los años 70 del siglo pasado, dejando una de las tasas más altas del mundo de discapacidad.
APOPO ha utilizado roedores para proyectos de limpieza de minas en varios países, entre ellos Angola, Mozambique, Tailandia, Laos y Vietnam. Una de las ventajas más grandes del uso de ratas es que las minas no plantean ningún peligro para ellas porque no son lo suficientemente pesadas para activar una explosión.
Para sus adiestradores, las ratas son más que detectores de bombas. "No son solo ratas, son como mis hermanos", ha dicho el adiestrador de 41 años Meas Chamroeun.