Raúl Castro cede el testigo pero marca el camino a seguir

CEDE EL TESTIEl presidente de Cuba, Raúl Castro
REUTERS / CARLOS GARCIA RAWLINS
Actualizado: jueves, 19 abril 2018 17:19

Entona el 'mea culpa' porque ha dejado inconclusa la tarea de "actualizar el modelo económico y social" de Cuba

Defiende su acercamiento a Obama y advierte a Trump de que Cuba "no bajará la guardia revolucionaria"

MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

Raúl Castro se ha despedido este jueves de la Presidencia de Cuba, cargo que ha ocupado durante los últimos diez años y que ahora ha cedido a Miguel Díaz-Canel, a quien ha reivindicado como sucesor legítimo por su "capacidad de trabajo" y su "fidelidad hacia la Revolución", aunque también ha lanzado una advertencia: "No podemos cometer errores".

"El compañero Díaz-Canel no es un improvisado", ha dicho. "A lo largo de los años ha demostrado madurez, capacidad de trabajo, solidez ideológica, sensibilidad política y fidelidad y compromiso hacia la Revolución", ha destacado ante la nueva Asamblea Nacional.

Castro ha hecho hincapié en que "su ascenso hacia la máxima responsabilidad no ha sido fruto del azar ni del apresuramiento". "No cometimos el error de acelerar el proceso", sino que "se pensó con serenidad el tránsito hacia las diferentes responsabilidades partidistas y gubernamentales".

Por ello, ha explicado que en los congresos generales del Partido Comunista de Cuba (PCC) que dirigió como presidente se decidió limitar a dos mandatos de cinco años cada uno el máximo como presidente del Consejo de Estado --jefe de Estado y de Gobierno-- y como primer secretario del PCC --jefe del partido--.

Castro ha recordado que Díaz-Canel ha seguido esa trayectoria. En 2013 fue ascendido a primer vicepresidente del Consejo de Estado, 'número dos' del Gobierno, "para que adquiriera un nivel de preparación integral que, unido a su capacidad personal, le permitiera asumir (estos cargos) con éxito".

Ahora, ha indicado, continuará su "aprendizaje" hasta 2021, tres años durante los cuales Castro se mantendrá como primer secretario del PCC y como tal, según ha anunciado este jueves el mismo Díaz-Canel, "seguirá encabezando las decisiones trascendentales para el presente y el futuro" de Cuba.

Castro ha exhortado a su delfín a seguir este mismo camino: "Cuando cumpla sus dos mandatos (...), lo mismo que estamos haciendo con él, él tiene que hacerlo con su sustituto (...) para viabilizar el tránsito". "Los órganos superiores del Estado y del partido serán los que tomarán la decisión final" de quién tomará el relevo, ha apostillado.

"SOLDADO" DE LA REVOLUCIÓN

"En lo que a mí se refiere, me mantendré desempeñando el cargo de primer secretario del PCC en mi segundo y último mandato, que expira en el año 2021, cuando concluirá el proceso de transferencia paulatina y ordenada de las principales responsabilidades a las nuevas generaciones", ha declarado.

Hasta ese momento, ha asegurado, "el PCC apoyará y respaldará resueltamente al nuevo presidente en el ejercicio de sus funciones constitucionales contribuyendo a la salvaguarda de nuestra arma más importante: la unidad de todos los revolucionarios y del pueblo".

En este sentido, ha anunciado que acompañará a Díaz-Canel en el desfile del 1 de mayo, cuando ha instado a los cubanos a "demostrar al mundo su respaldo mayoritario a la Revolución", para después visitar otras provincias. "Porque se supone que tendré menos trabajo", ha bromeado.

Castro ha expresado su "serena confianza" por ver con sus propios ojos "la transferencia de las viejas a las nuevas generaciones", seguro de que los jóvenes cubanos ejercerán de "celosos guardianes" de la Revolución, a pesar de "los permanentes intentos de los enemigos de penetrar, confundir y dividir".

Para garantizar futuros traspasos de poder conservando el modelo actual, ha encargado al Gobierno y al PCC crear con la suficiente antelación "la cantera de los principales dirigentes de la Revolución". Por si acaso, seguirá vigilante: "Si mi salud me lo permite, seré un soldado más junto al pueblo defendiendo esta Revolución".

SIN MÁS "ERRORES"

El menor de los Castro ha dado además una guía política a Díaz-Canel: "Vivimos en unos tiempos donde no podemos cometer errores". A este respecto, ha recordado que los errores de otros "dieron al traste con procesos importantísimos para la Humanidad y cuyas consecuencias estamos pagando muchos países (...), entre ellos el nuestro".

Castro ha admitido que "a estas alturas" esperaba que la "actualización del modelo económico y social" de Cuba que emprendió en 2011 "estaría ya en proceso de ejecución, con diferentes grados de desarrollo". Sin embargo, "los principales problemas no están resueltos".

"Aunque sabíamos que nos enfrentábamos a un proceso de enorme complejidad", ha confesado, "nos hicimos ilusiones de que sería un camino corto y fácil". Y se encontraron con el "obstáculo colosal" de la antigua mentalidad, "una incompleta valoración de los costos y los beneficios" y falta de control y pasividad en la implementación.

"Hemos aprendido importantes lecciones de los errores cometidos y la experiencia acumulada nos permitirá continuar, a paso más seguro y firme, con los pies y los oídos bien pegados a la tierra, para así evitar retrocesos inconvenientes" en los resultados "nada despreciables" que se han conseguido, ha afirmado.

Entre las tareas pendientes, ha mencionado la reforma de la Constitución, que "no modificará el carácter irrevocable del socialismo"; eliminar la dualidad monetaria y cambiaria, que "continúa dando serios dolores de cabeza"; y "la implantación" del trabajo por cuenta propia y de las cooperativas no agropecuarias, para liberar el Estado de la carga que suponen las "actividades no estratégicas".

EL ENEMIGO IMPERIAL

Castro ha señalado como uno de los mayores obstáculos en la ejecución de su 'hoja de ruta' al mantenimiento del bloqueo comercial, económico y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba en los años 60, que se relajó bajo la Presidencia de Barack Obama y "se ha recrudecido" con Donald Trump.

Ha defendido su decisión de acercarse a Estados Unidos porque provocó "un avance incuestionable de las relaciones bilaterales que produjo beneficios para ambos pueblos" y además "demostró que, pese a las profundas diferencias entre los dos gobiernos, una convivencia civilizada era posible y provechosa".

Por ello ha lamentado "el tono agresivo y amenazador" del nuevo inquilino de la Casa Blanca y le ha avisado de que "Cuba enfrentará todos los intentos de manipular el tema de los Derechos Humanos". "No tenemos que recibir lecciones de nadie y mucho menos de Estados Unidos", ha espetado.

Castro ha confiado en que "cualquier estrategia dirigida a destruir la Revolución por la vía de la confrontación o la seducción enfrentará el más decidido rechazo del pueblo cubano y fracasará" porque "mientras exista el imperialismo (...) la guardia revolucionaria jamás se bajará". "Bueno, acabé", ha zanjado.

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