DAKAR, 3 Mar. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Los enfrentamientos entre milicias cerca de la localidad de Bambari, en República Centroafricana (RCA), podrían escalar hasta convertirse en un conflicto abierto, obligando a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares y desencadenando una catástrofe humanitaria, según han advertido las agencias humanitarias.
El país ha sido escenario de un conflicto desde marzo de 2013, cuando los rebeldes Séléka, integrados mayoritariamente por musulmanes, se hicieron con el poder, desencadenando la creación de las milicias 'anti-balaka', compuestas mayoritariamente por cristianos.
En los últimos meses han estallado choques en torno a Bambari, en el centro del país, entre dos grupos rebeldes que antiguamente pertenecían a la alianza Séléka, que se enfrentan por el territorio y el control de impuestos ilícitos.
La Misión de la ONU en el país (MINUSCA) dijo la semana pasada que había impedido que los milicianos llevaran a cabo un ataque sobre Bambari, pero las agencias humanitarias temen un inminente conflicto en una localidad que alberga a 200.000 personas, una cuarta parte de las cuales ya se han visto desplazadas por la violencia.
"Ha habido un giro de violencia religiosa a étnica y los enfrentamientos han empeorado en torno a Bambari desde noviembre", ha explicado a la Thomson Reuters Foundation el especialista de emergencias del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Jerôme Kouachi.
"Si hay un conflicto a gran escala en Bambari, llevará a un desplazamiento masivo (...) sería una catástrofe", ha añadido.
Los enfrentamientos entre los dos grupos rebeldes, el Frente Popular para el Renacimiento de Centroáfrica (FPRC) y la Unión para la Paz en República Centroafricana (UPC), también han perjudicado el reparto de ayuda alimentaria, han subrayado las agencias humanitarias.
Según Médicos Sin Fronteras (MSF), es complicado poder ofrecer atención médica en torno a Bambari debido al desplazamiento. Asimismo, ha indicado que la malaria es la principal preocupación en materia sanitaria, con tantas personas viviendo en campamentos o durmiendo en el bosque.
Más de dos terceras partes de las instalaciones sanitarias del país han resultado dañadas o destruidas por la violencia desde 2013, según MSF. Las agencias también tienen problemas por la violencia entre grupos armados en Kaga Bandoro, en el norte, y Ouham-Pendé, en el noroeste.
Unas 420.000 personas se han visto desplazadas por el conflicto en el país, casi 500.000 han huido a los países vecinos y más de 2,2 millones, en torno a la mitad de la población, necesitan ayuda, según los datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
"Es difícil coordinar la respuesta humanitaria dado el conflicto en el país", ha reconocido el director de la oficina de la OCHA, Joseph Inganji. "La comunidad humanitaria está preparada, pero la situación es tan volátil, que es difícil de saber cuándo estallará la violencia", ha añadido.