El grupo pide a Tshisekedi "negociaciones directas" para "poner fin al conflicto de forma definitiva"
MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de República Democrática del Congo (RDC) ha denunciado "una invasión" por parte de Ruanda después de que el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) se hiciera el lunes con el control de la localidad de Bunagana, situada cerca de la frontera con Uganda, en medio del repunte de las tensiones bilaterales durante las últimas semanas.
"Las Fuerzas de Defensa de Ruanda han decidido, esta vez de forma flagrante, violar la intangibilidad de nuestra frontera y la integridad de nuestro territorio al ocupar la ciudad fronteriza de Bunagana", ha señalado en un comunicado, tras las reiteradas acusaciones de Kinshasa contra Kigali por su supuesto apoyo al M23 durante los combates de los últimos días.
"Esto constituye una invasión de RDC, ni más ni menos, y las Fuerzas Armadas congoleñas reclamarán todas las consecuencias necesarias y defenderán la patria", ha manifestado el portavoz del gobernador militar de la provincia de Kivu Norte, Sylvain Ekenge, en un comunicado recogido por el portal congoleño de noticias 7sur7.
Asimismo, N'Djike Kaiko Guillaume, uno de los portavoces del Ejército congoleño, ha argumentado que las tropas se retiraron de la localidad y atravesaron la frontera con Uganda "para no causar víctimas entre la población civil, como deseaban los ruandeses".
"Garantizamos a la población que las Fuerzas Armadas de RDC están en la zona y contienen al enemigo. Actuamos de forma incesante para lograr que los ruandeses y sus hijos (en referencia al M23) sean expulsados del territorio nacional", ha apuntado.
Por su parte, el M23 ha resaltado en un comunicado que la toma de Bunagana no figuraba entre sus objetivos y ha ofrecido al presidente congoleño, Félix Tshisekedi, la posibilidad de un diálogo para "buscar una respuesta a las reivindicaciones a través de vías pacíficas".
"Pedimos una vez más al presidente que aproveche esta oportunidad para poner fin a la violencia que provoca esta guerra inútil y para abrir negociaciones directas con nuestro movimiento para poner fin al conflicto de forma definitiva", ha zanjado.
Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994. Tras cierta etapa de relajación diplomática, el conflicto volvió a ganar intensidad a finales del mes pasado, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23.
El ministro de Exteriores ruandés, Vicent Burita, rechazó recientemente las acusaciones "infundadas" de RDC y recalcó que es necesario abordar los problemas para evitar "un círculo vicioso de conflictos no deseados y destructivos", al tiempo que acusó a RDC de dar cobijo a integrantes del grupo armado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.