BEIRUT 7 Jul. (Reuters/EP) -
Los rebeldes sirios han anunciado este viernes que están preparándose para unirse al Ejército turco en una ofensiva contra las fuerzas kurdas para recuperar los pueblos árabes en el noroeste de Siria, lo que abriría un nuevo frente en el conflicto y enfrentaría a dos facciones apoyadas por Estados Unidos.
"Estamos preparando una amplia operación conjunta con el Ejército turco para expulsar de nuestras tierras a estas milicias separatistas extremistas", ha explicado Mustafa Sejari, un alto mando de Liwa al Mutasem, un grupo que forma parte del Ejército Libre Sirio (ELS), respaldado por Estados Unidos y Turquía.
Por su parte, Turquía trata de contener a las YPG en Rojava, la zona que el Kurdistán reclama en Siria, por considerarlas como una extensión del PKK, el partido-milicia kurdo que combate dentro de las fronteras turcas. El lunes por la noche Turquía atacó una docena de pueblos en el cantón de Afrin, en el noroeste de Siria, según denunciaron medios kurdos.
Desde la incursión turca en territorio sirio en 2016, Turquía domina el triángulo delimitado entre Jarablus, la provincia turca de Kilis y la ciudad de Al Bab, al norte de Alepo. La tensión en la frontera ha aumentado y Turquía ha incrementado su presencia militar en las cuidades de Azaz y Marae, que se encuentra en la línea de frente.
El más alto mando de las YPG consideró el jueves como una "declaración de guerra" los despliegues militares turcos cerca de zonas kurdas, algo que, según declaró a Reuters, podría "desencadenar enfrentamientos en cuestión de días".
DOS ALIADOS DE ESTADOS UNIDOS ENFRENTADOS
Las tensiones pueden enfrentar a dos aliados de Estados Unidos, las YPG y Turquía. Un conflicto que podría desviar los esfuerzos del asalto a Raqqa, el reducto de Estado Islámico en Siria, cuyo ataque está siendo protagonizado por las milicias kurdas con fuerte respaldo norteamericano.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el miércoles que Turquía está preparada para llevar a cabo operaciones terrestres contra las fuerzas kurdas en el norte de Siria y que colaborarían con las fuerzas rebeldes "si fuera necesario". El principal objetivo de Turquía es ocupar Tel Rifaat, una ciudad al sur de Azaz bajo dominio kurdo desde febrero de 2016, según mandos turcos.
Las YPG se asentó en Tel Rifaat y zonas de alrededor, como la base aérea de Menigh, mientras los rebeldes luchaban en Alepo contra el Gobierno sirio, respaldado por la fuerza aérea rusa y milicias chíies iraníes. La batalla obligó a cerca de 150.000 residentes a desplazarse a aldeas de Azaz, donde se han creado al menos cinco campos de acogida.
CONVERSACIONES DE PAZ FALLIDAS
Bajo el auspicio de militares estadounidenses, las fuerzas rebeldes trataron sin éxito de llegar a un acuerdo con las YPG para tratar de evitar una confrontación sobre las aldeas que se verían afectadas por la ofensiva, según ha contado el oficial del ELS Sejari.
"Habíamos agotado todas las soluciones pacíficas y estábamos buscando un resultado pacífico. Ellos (las YPG) no nos dejaron más opción que la vía militar", ha concluido Sejari.
"Hay pueblos que las YPG no puede mantener, estas son áreas ocupadas", ha zanjado otro oficial rebelde sobre la incapacidad de llegar a un acuerdo con las milicias.
Los grupos rebeldes que tomarán parte en el asalto son las mismas facciones que participaron en la operación lanzada el año pasado con respaldo de Turquía para expulsar a Estado Islámico de la frontera y frenar el avance de las YPG.