MADRID, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha pedido este jueves disculpas a las víctimas de abusos sexuales dentro del seno de la Iglesia Católica, dos días después de que afirmara que los 400 casos que se habían registrado en una última investigación no le parecía un número "particularmente elevado".
"Mi intención no fue ofender cuando dije lo que dije, pero si por acaso entendieron, una sola de las víctimas se ha ofendido, pido disculpas porque ese no era mi objetivo", se ha disculpado el presidente portugués a la salida de un acto en Lisboa, cuenta la agencia Lusa.
"Mi objetivo era exactamente el contrario, al temer que muchas víctimas, por miedo, no hubiese hablando y el número, que debería ser todavía más alto, se hubiese quedado donde está", ha justificado Rebelo de Sousa, refiriéndose a los 424 testimonios que denunciaron agresiones sexuales a menores en la Iglesia Católica.
Rebelo de Sousa también ha aprovechado el momento para agradecer los "cientos de mensajes" de apoyo que ha recibido estos últimos días en los que se remarca lo que para él y para aquellos que le conocen "es obvio", que no es más que su apoyo a todos aquellos que sufren explotación de cualquier tipo.
"Aquí está el presidente, va continuar su camino, camino que tiene todavía por delante tres años y medio, exactamente de la misma manera, sin cambiar un ápice en los valores, en los principios, en la determinación, siempre, siempre al servicio de los portugueses y de Portugal", ha enfatizado.
Las disculpas vienen después de que un principio no se retractara de aquellas declaraciones, en la que aseguraba que teniendo en cuenta los "millones" o "centenares de millares" de personas que se habían relacionado a lo largo de los años con la Iglesia Católica en Portugal, que hubiera 400 casos no era un número "particularmente elevado".
Ante las críticas, el presidente portugués se vio obligado a emitir una nota aclaratoria, en la que matizó que "este número no parece particularmente elevado ante la probable triste realidad, tanto en Portugal como en el mundo" de que el número de casos sería "muy superior".
Los 424 testimonios fueron recopilados por una comisión independiente que investiga los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia Católica Portuguesa, que fue constituida por decisión de la Conferencia Episcopal del país luso y coordinada por el psiquiatra Pedro Strech.