Los millones de personas que siguen desplazados deberán enfrentarse de forma inminente a la llegada del monzón
MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 25 de abril un terremoto de 7,8 de magnitud en la escala Richter hizo temblar Nepal, provocando cerca de 9.000 muertos y unos 5,6 millones de afectados, en la peor tragedia de este tipo vivida por el país del Himalaya desde 1934. Un año después del desastre, la reconstrucción sigue siendo aún una tarea pendiente, según denuncian las ONG.
A la enorme destrucción provocada por el terremoto en un país cuya orografía montañosa dificulta el transporte, tanto de ayuda como de material, se han sumado toda una serie de problemas añadidos, como las protestas en el sur a la nueva Constitución y el bloqueo impuesto desde India, que dejó al país durante semanas sin la entrada de suministros.
A lo largo de este año, las organizaciones humanitarias se han esforzado en atender a los millones de damnificados, pero la situación dista mucho de estar resuelta y la inminente llegada del monzón a Nepal no hará sino complicar la situación en la que viven muchos de los desplazados, que ya han tenido que enfrentarse al crudo invierno bajo construcciones prefabricadas con chapas y tablones.
"Se ha avanzado mucho, pero no podemos olvidar que los terremotos dañaron o destrozaron 800.000 viviendas, dejando a 4 millones de personas viviendo en campamentos temporales, y ese es uno de los retos pendientes, un año después", resalta Ignacio Román, responsable de Cooperación para Asia de Cruz Roja Española.
"Aunque millones de personas en Nepal han recibido asistencia sanitaria, comida, ayuda para conseguir agua potable y refugio o educación, la respuesta podría haber sido mejor en algunas zonas", resalta por su parte la directora de Save the Children en Nepal, Delailah Borja.
"No se ha comenzado ningún programa de reconstrucción formal en los últimos 12 meses y se debe en parte al nivel de destrucción y las dificultades logísticas en una región extremadamente montañosa", explica.
POBLACIÓN EXCLUIDA
Además, según una investigación que ha llevado a cabo Oxfam, se ha podido constatar que existe un riesgo real de que la población más pobre y vulnerable, en especial las mujeres, quede excluida del proceso de reconstrucción, ya que al carecer de tierras o de documentos que atestigüen que son propietarios de las mismas no reciben ayudas.
De acuerdo con esta ONG, unas 40.000 familias no poseen la documentación que demuestra la propiedad de sus tierras, muchas de las cuales la perdieron durante el terremoto. En Nepal ya antes del seísmo había una "injusta distribución de la tierra", con el 4 por ciento de la población en posesión del 40 por ciento, frente al 65 por ciento de agricultores que poseía solo el 15 por ciento, precisa.
El temor de Oxfam es que la reconstrucción dé lugar "a una sociedad aún más desigual que la que existía anteriormente". "La reconstrucción de Nepal aún puede ser una oportunidad para lograr no solo un país más fuerte, sino también un país más justo e igualitario", sostiene Bárbara Mineo, directora de Acción Humanitaria de Oxfam.
"Sin embargo, el apoyo propuesto por el Gobierno nepalí es insuficiente para reconstruir incluso las casas más pequeñas y esto depende de que quienes lo soliciten posean certificados de propiedad sobre las tierras", lamenta.
RECUPERAR LOS MEDIOS DE VIDA
De ahí el que organizaciones como Oxfam o Cruz Roja Española estén trabajando actualmente para ayudar a los nepalíes a recuperar sus medios de vida. En el caso de la primera está proporcionando herramientas, capacitación y préstamos de dinero en efectivo con los que los nepalíes puedan volver a obtener ingresos y rehacer sus vidas.
"Nepal está expuesta endémicamente a sufrir distintos desastres como inundaciones, terremotos, deslizamiento de tierras o sequías, por eso es fundamental seguir trabajando en este ámbito si queremos construir comunidades seguras", defiende Ignacio Román, de Cruz Roja Española.
También Save the Children está trabajando en este ámbito, con la vista puesta en la reconstrucción. "Save the Children lleva meses preparando su programa de refugio, que incluye la formación sobre prácticas de reconstrucción segura para 6.000 albañiles y transferencias económicas a 6.000 familias por valor de 12 millones de dólares, que permitirán a los hogares más vulnerables reconstruir su vida", señala Borja.
RECONSTRUCCIÓN DE ESCUELAS
Pero además de las viviendas, el terremoto tuvo un impacto enorme en la educación de los niños nepalíes, con la destrucción de escuelas. "La reconstrucción del país no ha hecho más que empezar. Construir escuelas y reparar las aulas destruidas es fundamental para el desarrollo de los niños y niñas, la salud de sus comunidades y la recuperación de Nepal", defiende Mattias Bryneson, director de Plan International en Nepal.
Para esta ONG, la protección de la infancia ha sido su principal preocupación, teniendo en cuenta que en tragedias como la vivida en Nepal los niños y niñas son los más vulnerables a los abusos. Para ello, explica la directora general de Plan International en España, Concha López, se ha trabajado creando espacios seguros, escuelas provisionales y mediante "campañas de concienciación contra el tráfico, la explotación y el matrimonio infantil".
Plan International ha construido 310 escuelas provisionales que benefician a 21.021 niños y niñas para que puedan continuar su educación en un entorno seguro. Ahora, la ONG se prepara para construir 20 nuevas escuelas y reparar 1.600 aulas más. "Estas instalaciones constituirán áreas seguras", resistentes a los desastres y reforzadas con formación sobre emergencias para estudiantes y docentes", indica.
"Apoyamos la necesidad de desarrollar y reforzar los estándares de construcción para garantizar que esta escala de destrucción no vuelve a repetirse. No obstante, es necesario destacar la urgencia de reconstruir escuelas y conseguir que los niños y niñas puedan regresar a aulas seguras y permanentes", defiende Bryneson.
"Decenas de miles de niños y niñas han pasado ya un invierno en aulas provisionales y si no llevamos a cabo construcciones permanentes pronto, tendrán que pasar también la temporada monzónica y posiblemente un segundo invierno en estas construcciones básicas deterioradas", advierte el máximo responsable de Plan en el país.