El Gobierno afgano, corrupto, nepotista y anquilosado, emerge como una de las principales amenazas al desarrollo nacional
MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Afganistán ha realizado un progreso silencioso en ámbitos como la atención médica básica, educación, agua potable, infraestructuras o electricidad durante los últimos diez años, aunque quedan muchos progresos por hacer en ámbitos extraordinariamente importantes, en particular en materia de Derechos Humanos y solidez institucional.
Estas son las conclusiones alcanzadas de un informe que recopila más de 150 estudios sobre el país centroasiático desde 2008 a 2018, cuyos resultados han sido analizados en las oficinas del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.
El análisis muestra que se han realizado progresos considerables en Afganistán en las áreas de acceso a educación y capacitación, atención médica, energía y agua, pero falta desarrollo de capacidades institucionales de las autoridades gubernamentales centrales y provinciales y buen gobierno, de acuerdo con el documento recopilatorio, recogido por la cadena afgana Tolo News.
MEJOR CALIDAD DE VIDA
La calidad de vida ha mejorado significativamente para muchas comunidades en Afganistán. Como ejemplo, el 75 por ciento de la población ahora tiene acceso a servicios básicos de salud y la mortalidad materna ha disminuido a 396 casos por cada 100.000 nacidos.
Además, alrededor del 30 por ciento de la población tiene una conexión a la red eléctrica y un 55 por ciento de afganos tiene acceso a agua potable limpia. El número de niños escolarizados ha aumentado a 9,2 millones en 2019 desde solo un millón en 2001, según el estudio.
Sin embargo, otros datos arrojan un resultado menos esperanzador: la tasa de pobreza ha vuelto a aumentar desde 2015 y ahora se sitúa en el 55 por ciento. Es el principio de una serie de 'déficit' que tienen en las autoridades de Kabul a sus principales responsables.
PARÁLISIS INSTITUCIONAL
Según el análisis, las estructuras y servicios institucionales del Gobierno afgano están mejorando lentamente, pero están lejos de ser capaces de mantenerse al día por la falta de planificación de las propias autoridades.
El informe también menciona la corrupción y el nepotismo y una economía basada en la guerra y en el narcotráfico como los factores clave que socavan la popularidad del Gobierno entre los afganos.
Desde un punto de vista económico, según el análisis, Afganistán muestra un gran potencial de desarrollo, ya que el país tiene una abundancia de materias primas (las reservas de cobre más grandes del mundo, así como petróleo, gas natural, carbón, litio, oro, piedras preciosas) y en teoría podría producir cantidades extremadamente grandes de energía de fuentes renovables.
Afganistán también podría convertirse en un centro logístico en el futuro si los esfuerzos de integración regional tuvieran un mayor progreso, según el estudio, y agrega que el desarrollo agrícola es el motor más importante del crecimiento económico, por lo que el gobierno afgano se está centrando en este sector.
Sin embargo, el estudio agrega que "se realiza muy poca inversión privada afgana o internacional en esta área debido a la inestable situación de seguridad" y la falta de confianza en las instituciones.
Entre otros puntos a mejorar se encuentra el deterioro de la seguridad, la falta de respeto a los Derechos Humanos, un progreso extremadamente lento en el desarrollo de los derechos de las mujeres, alta tasa de deserción escolar, baja tasa de matrícula escolar para las niñas, alto nivel continuo de analfabetismo y un crecimiento económico insuficiente
Otras deficiencias mencionadas por la evaluación son la falta de coordinación de enfoques y medidas entre los países donantes, la distribución desigual de las actividades de desarrollo entre las provincias y la falta de capacidad institucional para llevar a cabo estos planes.