NAIROBI, 22 Feb. (Reuters/EP) -
Cerca de un millón y medio de somalíes han perdido el acceso a la asistencia médica en los últimos dos años, y al menos 10 hospitales han cerrado o recortado sus servicios debido a la falta de ayudas, según han asegurado las agencias de asistencia sanitaria del país este lunes.
Entre las personas que no reciben atención primaria se incluyen unos 300.000 niños menores de cinco años que no pueden ser vacunados contra las enfermedades infantiles que ocasionan el mayor número de muertes, como el sarampión o la diarrea, según han informado desde las agencias.
En los últimos años, las ayudas para el sistema sanitario han caído cerca de los dos tercios del total. Si en 2011 las ayudas eran de unos 72 millones de dólares en 2015 solo se destinaron 29 millones de dólares, según datos de Naciones Unidas.
"El sistema sanitario somalí está en este momento en situación de crisis", ha dicho Abdurahman Sharif, el director de ONG Consortium de Somalia, que es un grupo de agencias de ayuda locales e internacionales entre las que se incluyen Save the Children y El Consejo Noruego para Refugiados.
Desde que estalló la guerra civil en Somalia en 1991, muchas de las instalaciones sanitarias han sido dañadas o saqueadas y tanto los médicos como las medicinas escasean. El país depende casi por completo de las donaciones, ha asegurado Sharif.
"Ellas (las agencias de ayuda) se enfrentarán a dificultades para seguir suministrando los servicios médicos de emergencia como resultado, principalmente, de la disminución de las donaciones humanitarias", ha señalado en una entrevista telefónica. Además, hay importantes hospitales regionales en Galkayo Sur y Jowhar que están al borde de suspender servicios claves, como maternidad o el hospital de día, ha añadido.
En 2011 la hambruna desencadenada por la sequía y la guerra acabó con la vida de 260.000 personas en Somalia. Desde ese año las donaciones han decrecido a la par que el Gobierno, que cuenta con el apoyo de las tropas de la Unión Africana, ha dedicado todos sus esfuerzos a combatir al grupo terrorista al Shabaab.
Aunque la seguridad y el acceso a los mercados ha mejorado en muchas zonas, una de cada dos personas aún necesita ayuda en el país africano.
Somalia es uno de los países más peligrosos para las agencias de ayuda, con 17 personas asesinadas allí desde 2015. Los partidos enfrentados han fijado como objetivo a los trabajadores de asistencia sanitaria y han manipulado las ayudas en su afán para tener más peso político.
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) tuvo que retirarse de Somalia en 2013 a causa de los continuos ataques y secuestros de sus trabajadores. La organización era uno de los principales servicios sanitarios y contaba con 1.500 trabajadores que dirigían más de 20 instalaciones. Otras agencias han intentado llenar ese vacío, ha señalado Sharif.
Por su parte, las tropas de la Unión Africana han recuperado el control de las principales ciudades que habían sido ocupadas por Al Shabaab, pero el grupo terrorista aún controla áreas rurales de campo y han sitiado algunas zonas urbanas.
(EUROPA PRESS)