MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los niveles de desnutrición infantil se están disparando en el Extremo Norte de Camerún, donde en los últimos meses la violencia de los grupos yihadistas se ha intensificando, desencadenando a su vez un aumento de los desplazamientos y dificultando el acceso de las organizaciones humanitarias, según alerta Acción contra el Hambre (ACH).
Entre octubre y diciembre de 2019, el número de ataques, presuntamente obra de Boko Haram y de su escisión Estado Islámico en África Occidental (ISWA), aumentó en un 72,5 por ciento, registrándose alrededor de 140 incidentes en los dos últimos meses del año. Según ACH, estas cifras, sin precedentes desde 2016, hacen que la situación en la región norte del país "sea extrema".
En la actualidad, se estima que en la región ribereña del lago Chad hay más de 460.000 desplazados por la violencia, tras el aumento del 10 por ciento registrado entre abril y diciembre de 2019. Pese a estas circunstancias, según ha lamentado la ONG, solo el 30 por ciento de las necesidades humanitarias están financiadas en el país.
"En algunas zonas, como en los alrededores de Kolofata, más del 80 por ciento de la población pasa la noche fuera de sus casas y viene solo durante el día para vigilar los campos por miedo a los ataques", explica la directora de ACH en Camerún, Aurélie Carmeille.
Además, se están produciendo casos de saqueos tanto de centros de salud como escuelas y los ataques están limitando el acceso a estos lugares a las personas enfermas, especialmente las vulnerables como mujeres embarazadas y niños menores de 5 años, precisa.
Este aumento de la inseguridad ha traído aparejado un empeoramiento de la situación nutricional en algunas zonas fronterizas, donde los programas de tratamiento de la desnutrición aguda, la forma más grave de desnutrición, no llegan a todas las localidades de forma regular, explica la ONG.
Así las cosas, los equipos de ACH están atendiendo actualmente a más de 7.350 menores de 5 años que sufren desnutrición aguda severa, en comparación con los 4.766 previstos para el mismo período, lo que supone un aumento de más del 64 por ciento. También se estima que más de 230.000 personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria en la zona.
"A pesar del fuerte aumento de las necesidades observado por nuestros equipos sobre el terreno, nos resulta extremadamente difícil movilizar a los donantes y no tenemos los medios para garantizar una respuesta adecuada a las necesidades", lamenta Carmeille.
En este sentido, ha apelado a la comunidad internacional y los principales donantes a hacer un "esfuerzo urgente" para cubrir las necesidades básicas de la población de la región.