MADRID 22 Abr. (Por Eloisa Molina, Coordinadora de Comunicación de World Vision) -
Julieta, de 24 años, vive en la comunidad de Milonde, en la provincia de Huila (Angola). Ella y su hermana Eularia forman parte de un grupo llamado 'La Escuela de Campo'. "Es divertido y me gusta aprender cosas nuevas, y puedo poner en práctica lo que aprendo aquí, en la granja de mis padres", dice Julieta orgullosa.
Recientemente, los datos publicados en el informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) sobre el Análisis de Vulnerabilidad para África Meridional 2020/2021, afirman que la prolongada sequía en Angola afecta a cerca del 50% de la población, lo que dificulta la planificación de intervenciones a largo plazo al emplear todos los recursos en frenar las consecuencias directas de la sequía.
Aunque la naturaleza de las condiciones climáticas es impredecible, es crucial poner en marcha mecanismos de respuesta que se apoyen en soluciones que preparen y prevengan a las comunidades más vulnerables de cualquier catástrofe climática futura. Con este objetivo en World Vision hemos puesto en marcha un proyecto para reducir el impacto del cambio climático invirtiendo en semillas mejoradas que son resistentes a la sequía.
Estas semillas que, incluso en ausencia de lluvias, pueden ser distribuidas a las familias, son la clave para garantizar una dieta variada especialmente para los niños y niñas más vulnerables. Al compartir con las familias la agricultura climáticamente inteligente y teniendo acceso a semillas resistentes a la sequía, no sólo pueden seguir obteniendo ingresos, sino que también adquieren conocimientos sobre qué tipo de cultivos son los más adecuados para plantar y también cuál es el mejor momento para hacerlo.
En Níger, cuatro quintas partes de los adultos son agricultores que trabajan una tierra que parece destinada a convertirse en desierto. La mayoría planta los mismos cultivos de la temporada de lluvias (mijo, sorgo y caupí) de la misma manera que lo hacían sus antepasados. Más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y más del 30% vive en la pobreza extrema.
Incluso si las lluvias llegan a tiempo y en cantidades suficientes, no está claro que los agricultores de Níger puedan obtener una cosecha suficiente para alimentar a sus familias.
"Pero esto está cambiando", dice el agricultor Moussa Boube, de 42 años, un agente de su aldea que muestra a los agricultores de su área las semillas mejoradas y nuevas técnicas de cultivo. Lo que recomienda, primero lo prueba él mismo, en parcelas que sirven de muestra para los demás.
PLANES DE FUTURO PARA JULIETA Y MOUSSA
Julieta está cursando octavo grado y quiere ir a la universidad. Sin embargo, eso implicará que tendrá que dejar la comunidad, porque la escuela secundaria más cercana está a 10 kilómetros de distancia. Esta es la razón por la que la mayoría de los jóvenes de su edad han abandonado los estudios; no hay más opción para ellos que ayudar a sus padres en la granja o cuidar del ganado.
Sin embargo, si las fuentes de financiación de su familia mejorasen Julieta tendría nuevas oportunidades y podría romper con los círculos de pobreza perpetuados generación tras generación. La metodología de la Escuela de Campo para Agricultores que la organización lleva aplicando desde hace más de 10 años ha sido un éxito desde el principio. Actualmente beneficia, en la provincia de Huila en Angola, a unas 140 personas, de los 240 hogares que residen en la comunidad.
"De momento, nuestra prioridad es aprender a producir yuca, porque este cultivo de la provincia de Namibe es muy resistente a la sequía y crece mejor en zonas como ésta. Además, también estamos plantando soja, limones y naranjos", explica Julieta.
La corta temporada de lluvias del año pasado puso a prueba a los agricultores del distrito de Maradi en Níger. Los que plantaron semillas mejoradas que se seleccionan para las condiciones de cultivo locales salieron mucho mejor, dice Moussa. "Con semillas mejoradas, las plantas maduran más rápido para que puedas cosechar antes del final de la temporada de lluvias y obtener una gran producción".
En Níger, las semillas mejoradas representan ya el 15 por ciento de los cultivos.
Como explica Moussa: "Hacemos pruebas con diferentes variedades de cultivos y aprendemos técnicas como el uso de coberturas para retener la humedad del suelo y aumentar así la materia orgánica. También ponemos en marcha cultivos intercalados, utilizamos pesticidas naturales, y otras técnicas novedosas que difundimos en nuestra comunidad. Podría hablar con otros agricultores todo el día sobre semillas y variedades de plantas, el clima, insectos y fertilizantes. Nuestro futuro depende de ello"