LUSAKA, 23 Sep. (Reuters/EP) -
El Ejército congoleño es responsable de asesinatos, violaciones y destrucción de la propiedad privada según los testimonios de refugiados recogidos por oficiales de Naciones Unidas que les han recibido a su llegada al norte de Zambia.
En el último mes han llegado al país africano más de 6.000 personas procedentes de República Democrática del Congo como consecuencia del conflicto abierto en la región de Kasai, donde han muerto cientos de personas y más de un millón han tenido que escapar de sus hogares.
El representante de ACNUR en Zambia, Pierrine Aylara, ha denunciado que los refugiados que están llegando al país "dicen ser perseguidos por su propia gente, y que los militares están perpetrando masacres, mutilaciones, violaciones, saqueos y están quemándolo todo".
El conflicto en esta zona de RDC tiene sus raíces en el cambio en las licencias de explotación de diamantes hace tres años a empresas mixtas chino-congoleñas que "dejan menos beneficios a los habitantes locales" y viene impulsado tras el rechazo en abril de 2016 por parte del Gobierno a reconocer a Jean-Pierre Mpandi como jefe tradicional, entre otras cosas porque no se le considera cercano al Ejecutivo.
Mpandi, cuyo nombre como líder tradicional era Kamuina Nsapu, murió en un enfrentamiento con la Policía en agosto, tras haber prometido crear una milicia. A raíz de su muerte, sus seguidores "armados con arcos y flechas y armas de fabricación local" iniciaron una "insurrección" contra los "símbolos del Estado", principalmente las fuerzas de seguridad y los representantes locales del Gobierno, ha precisado.
Los refugiados hablan de un grupo rebelde llamado Elema que está actuando para proteger a los civiles en el lago de Tanganika, y que amenaza con convertise en un nuevo grupo insurgente que se sumaría al conflicto abierto actualmente en el país africano.
"Los soldados del Gobierno cada vez son más brutales porque no saben dónde pueden estar escondidos los Elema", según el representante humanitario. Sus víctimas son las tribus luba y tawba, de las que el Gobierno sospecha que ayudan a estos rebeldes.