Buscan un lugar donde poder establecerse en paz y poder recuperar su dignidad
DIFFA (NÍGER), 20 Jun. (Por Aissami Abdou, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Diffa, Níger) -
1,5 millones de desplazados y más de 230.000 refugiados en Níger, Chad y Camerún es el resultado del dramático aumento de la violencia perpetrada por el grupo islamista Boko Haram desde el año 2014 en los estados del norte de Nigeria y recientemente también en los países fronterizos.
Especialmente crítica es la situación de los habitantes del lago Chad, en el sur de Níger, que se han visto obligados a huir de nuevo a causa de la orden de evacuación de las autoridades tras el violento ataque de Boko Haram en la isla de Karamga el pasado 25 de abril, donde murieron numerosos soldados nigerinos.
Según las autoridades regionales, durante la primera semana de mayo, más de 11.000 personas procedentes de las islas llegaron a Nguigmi y otras 13.000 buscaron refugio en Bosso, dos localidades situadas cerca del lago, donde se establecieron en dos campos.
Foto: MSF
Además, 15.000 fueron enviadas de vuelta al norte de Nigeria, en la ciudad de Gaidam, tras pasar un tiempo alojadas en un centro de tránsito en Diffa. Muchos de los desplazados proceden de Nigeria y Níger, pero en las islas también habitan personas de otros países, como Chad, Camerún y Mali.
ASISTENCIA DE MSF
Tras el movimiento masivo de población, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) pusimos en marcha un programa de atención médica dirigido a estas personas que se enfrentan a una situación de gran vulnerabilidad ya que tuvieron que abandonar las islas apenas con lo puesto. Con este objetivo, sendos equipos de MSF se han desplegado en el campo de Kimegana (en Nguigmi) y en el de Yebbi (en Bosso) donde proporcionan asistencia sanitaria, especialmente a los menores de cinco años y a las mujeres.
Además, apoyamos el centro de salud materno-infantil de referencia en la región, situado en Diffa, y los puestos de salud de Geskerou, Ngarwa y Nguigmi.
Las principales necesidades de los desplazados son refugio, agua, saneamiento, atención sanitaria y protección. Sin embargo, hay muy pocas organizaciones que trabajen en la zona y la mayoría de ellas lo hacen en Diffa y Nguigmi, donde la situación es menos crítica en términos de acceso y seguridad.
Foto: MSF
La mayoría de los pacientes que atendemos en el centro de salud están traumatizados por la continua violencia de Boko Haram. Algunos de ellos han escapado repetidas veces desde Nigeria a Chad y Níger. Antes del último desplazamiento desde las islas, muchos ya se habían visto obligadas a desplazarse a causa de la violencia desde regiones como Malanfatori, Damasak y Baga, en el norte de Nigeria. Han perdido familia y propiedades, y lo único que necesitan es un lugar donde poder establecerse en paz y poder recuperar su dignidad y el acceso a los servicios sociales básicos.
TEMPERATURAS EXTREMAS
Uno de los principales retos es la seguridad. La zona donde han buscado cobijo miles de desplazados se ubica cerca del lago Chad, donde una fuerza multinacional está llevando a cabo operaciones militares contra Boko Haram. Otro reto es el acceso: se trata de un terreno muy arenoso y el calor es muy intenso; se sobrepasan fácilmente los 45°C y las necesidades de agua potable son muy importantes. En breve llegará la temporada de lluvias y el río Komadougou anegará la carretera.
Estamos muy preocupados por lo que pueda suceder en las próximas semanas, dado que las lluvias y la falta de saneamiento pueden aumentar el riesgo de epidemias o de la aparición de un brote de cólera. El acceso a agua potable en el campo es muy limitado y la población desplazada no dispone de la suficiente protección.
El caso de los refugiados en Níger puede parecer una gota en el océano de los casi 60 millones de desplazados y refugiados que tienen que vivir alejados de sus hogares como consecuencia de los conflictos, la persecución y la violencia generalizada según ACNUR; una cifra que se acerca a las estimaciones de los desplazamientos provocados durante la Segunda Guerra Mundial.
Foto: MSF
Los motivos que llevan a huir a los desplazados del lago Chad son los mismos que hacen que miles de sirios fuercen, desesperados, la valla fronteriza con Turquía o a refugiados eritreos a atravesar en atestados vehículos los desiertos de Sudán y Libia como primer paso para alcanzar las costas de Europa.
Las frías cifras, la última facilitada por la Organización Internacional de las Migraciones contabiliza más de 100.000 llegadas por mar a Europa en lo que va de 2015, nos muestran la magnitud de una crisis humanitaria en la que sirios, eritreos, nigerianos, afganos, iraquíes tratan de buscar seguridad arriesgando sus vidas, ya sea cruzando desiertos, embarcándose en peligrosas travesías en el Mediterráneo central o pagando precios obscenos a redes de traficantes.
Las localidades cercanas al lago Chad, las costas de Sicilia y las islas griegas del Dodecaneso están separadas por miles de kilómetros. Sin embargo, tienen algo en común: se han convertido en un refugio para miles de personas que no tienen otra alternativa que huir.
Foto: MSF