Lucky, refugiado sursudanés en Uganda
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Actualizado: domingo, 30 julio 2017 9:07


KAMPALA, 30 Jul. (Por Moses Mukitale, Departamento de Comunicación de World Vision Uganda) -

Escapó de Sudán del Sur a Uganda con su madre y sus cinco hermanos. A los 18 años, Lucky Jackson se convirtió en el sostén de la familia cuando su padre murió a manos de un grupo armado. La familia encontró refugio en el asentamiento de Bidibidi.

Sin tener ni idea de cómo conseguir ingresos y mantener a su familia, Jackson tuvo que estrujarse la cabeza mientras asumía el papel de su padre. "Necesitábamos dinero para vivir. Teníamos comida y algunas cosas más pero todavía nos faltaban por cubrir algunas necesidades básicas. Toda la familia dependía de mí para encontrar una solución", dice Jackson.

"Busqué trabajo y fui contratado por una organización no gubernamental local y cuando conseguí mi primer sueldo, establecí una tienda de comestibles con una inversión de 28 dólares. Mi contrato duró cuatro meses y cuando terminó, comencé a trabajar en la tienda", agrega Jackson.

En su tienda, vende bocadillos, dulces, refrescos y artículos para el hogar. Compra sus mercancías en un mercado cercano y las vende a los refugiados dentro del asentamiento.

"Los nuevos ingresos han aumentado nuestras raciones mensuales de alimentos. Con los pequeños ahorros que conseguimos, podemos comprar algo más de comida. También hemos podido comprar algunas semillas que nos han permitido plantar un huertecito alrededor de nuestra casa. Nos proporciona verduras para comer y vendemos el resto", dice Jackson.

Jackson no está solo. Alex Lado, su vecino de 19 años, perdió a sus padres en Sudán del Sur. Vino a Uganda con sus siete hermanos a los que ahora tiene que sacar adelante solo. "La vida resultó muy dura cuando llegamos aquí. Afortunadamente, tenía algo de dinero, 22 dólares, que utilicé para arrancar el negocio", comenta Alex. "El beneficio es pequeño, pero puedo cubrir la necesidades básicas de mis hermanos como zapatillas y ropa", añade.

Kemis Banga, de 28 años, es otro joven emprendedor que intenta salir adelante y abandonar la situación en la que se encuentra. Kemis decidió comprar y vender verduras frescas. Su tienda de comestibles está llena de coles, cebollas y patatas. Cultiva las cebollas que vende mientras que el resto de la mercancía la compra en el mercado local.

"En Sudán del Sur, yo estaba estudiando, pero cuando llegué a Uganda tuve que dejar mis estudios. Mi madre me consiguió algo de dinero y establecimos este negocio. Nos costó alrededor de 138 dólares ya que las verduras son caras. Cada día consigo unos beneficios de unos 6 dólares", dice Kemis.

Con este beneficio Kemis cuenta que su familia ha sido capaz de inscribir a dos de sus hermanos en una escuela secundaria local. También han podido comprar materiales escolares básicos y pagar las tasas de la escuela.

ASISTENCIA DE WORLD VISION

Las familias de Jackson, Kemis y Lucky recibieron, como los 770.000 refugiados de varios asentamientos en Uganda, ayuda mensual para poder comer, del programa de distribución de alimentos de World Vision en asociación con el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Judy Moore, directora de Respuesta a los Refugiados del Nilo Occidental de World Vision, comenta que las agencias de implementación deben enfocarse especialmente en desarrollar la autosuficiencia de los refugiados y las comunidades de acogida.

"Los esfuerzos a largo plazo de alivio y respuesta de World Vision no solo apuntan a los refugiados, sino también a las comunidades anfitrionas, vinculando de manera proactiva la respuesta, la resiliencia y las actividades de desarrollo que conducen a una mayor cohesión social", explica.

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