Refugiados en Idomeni (Grecia)
ALKIS KONSTANTINIDIS / REUTER
Actualizado: viernes, 18 marzo 2016 18:58


IDOMENI, 18 Mar. (Reuters/EP) -

Los refugiados e inmigrantes que llevan semanas varados en el improvisado campo de Idomeni, en el norte de Grecia, han prometido que "no se moverán" del puesto de control fronterizo, enfrentándose al acuerdo suscrito este viernes entre la Unión Europea y Turquía para deportar a todos los inmigrantes irregulares.

"No entiendo por qué la UE está cerrando las fronteras", ha lamentado Bahjat Saris, un sirio de 21 años natural de Damasco. "No queremos que nadie decida a qué país iremos, qué haremos y cómo nos moveremos", ha añadido.

Los 12.000 refugiados que se hacinan en el enlodado campo de Idomeni, cansados de las restricciones impuestas por los líderes europeos, han pasado de la decepción al enfado y ahora están dispuestos a desafiar cualquier decisión de Bruselas. Esta noche, un pequeño grupo de personas se concentraba frente a las vías del tren para manifestarse a favor de la apertura de la frontera con Macedonia.

"No les importamos", ha criticado Gienat Al Halil, una viuda siria de la ciudad de Aleppo, que espera poder reunirse con sus dos niños, de 14 y 20 años, en Alemania. "No tengo nada que perder y me quedaré aquí sin importar el tiempo que pase", ha advertido.

Este domingo, todos los inmigrantes irregulares, incluidos los refugiados sirios, que lleguen a Grecia desde Turquía serán deportados nuevamente a este país. A cambio, Europa trasladará a suelo comunitario a tantos refugiados sirios desde Turquía como demandantes de asilo de esta nacionalidad sean deportados. Además, Ankara recibirá otro tipo de beneficios, como ayudas económicas, la liberalización de visados para los turistas turcos y la reactivación de las negociaciones de adhesión a la UE.

Sin embargo, este pacto --que pretende poner freno al flujo migratorio-- no aclara la situación de las decenas de miles de inmigrantes que se encuentran actualmente en territorio heleno.

"El acuerdo es muy muy negativo para nosotros, pero no tengo elección. Me quedaré aquí", ha señalado Husam, un sirio de 39 años procedente de Homs.

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