BEIRUT 29 Nov. (Reuters/EP) -
El régimen sirio y sus aliados quieren arrebatar toda la parte este de Alepo a los rebeldes antes de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tome posesión del cargo el próximo 20 de enero, según un alto cargo militar sirio que ha confirmado que este calendario cuenta con el visto bueno de Rusia.
Las fuerzas aliadas de Bashar al Assad han logrado avances en los últimos días y han recuperado varias zonas controladas hasta ahora por los opositores. Los rebeldes habrían perdido más de una tercer parte del territorio y las perspectivas no son optimistas para ellos, a pesar de que este martes libraban intensos combates en el frente sureste.
La fuente militar consultada, que no ha querido revelar su identidad, ha reconocido que la próxima fase de la ofensiva se prevé más difícil, en la medida en que supone avanzar sobre áreas más densamente pobladas. La ONU calcula que en los barrios del este había atrapadas unos 250.000 civiles.
"Los rusos quieren completar la operación antes de que Trump tome posesión", ha reconocido. Moscú y Damasco querrían evitar de esta forma los riesgos de un posible cambio de la política norteamericana hacia Siria, si bien Trump ha deslizado que podría cooperar con Rusia en el futuro y dejar de colaborar con los rebeldes.
Una fuente opositora ha lamentado que la Administración de Barack Obama está prestando poca atención a Siria y Al Assad y sus aliados se están "aprovechando de las circunstancias". Francia ha solicitado una reunión de urgencia en el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar precisamente la cuestión de Alepo.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos ha denunciado que al menos diez personas han muerto y decenas han resultado heridas o están desaparecidas por una serie de ataques aéreos en Bab al Nairab. Los 'cascos blancos' han informado también de 25 fallecidos por ataques contra desplazados.