LONDRES, 21 Abr. (Reuters/EP) -
La reina Isabel II de Reino Unido, la monarca que más tiempo lleva en el cargo, ha celebrado este viernes su 91º cumpleaños con una pequeña fiesta privada en el castillo de Windsor, una tradición habitual en la familia real británica que contrasta con los grandes festejos del año pasado.
A pesar de la discreción, se han disparado salvas de artillería en Hyde Park y en la Torre de Londres para marcar la ocasión. En la Abadía de Westminster han sonado las campanas para conmemorar el aniversario del nacimiento de la reina y la banda oficial de la Guardia Real del Palacio de Buckingham ha interpretado una versión de "Cumpleaños Feliz" frente a decenas de turistas.
La reina, que normalmente celebra su cumpleaños de forma privada, no participará en ningún acto público este viernes.
La Casa Real británica ha publicado en su cuenta oficial de Twitter una fotografía de la reina en el día de su bautizo para conmemorar la ocasión, donde se puede ver a la monarca en los brazos de su madre, la antigua Duquesa de York. También han hecho pública otra imagen de Isabel II cuando recibió las llaves de la ciudad de Londres cuando tenía 21 años, la primera ceremonia pública a la que acudió sin acompañamiento.
Isabel II nació el 21 de abril de 1926 en Bruton Street, situada en el centro de Londres, en un momento en el que Calvin Coolige era el presidente de Estados Unidos y Stalin acababa de tomar control de la Unión Soviética. Accedió al trono a los 25 años, en 1952.
A pesar de su elevada edad, continúa participando de forma regular en un gran número de actos públicos. En los últimos años, ha ido delegando una pequeña parte de sus obligaciones como monarca al resto de miembros de la familia Windsor, como su hijo, el Príncipe Carlos y sus nietos, los príncipes William y Harry.
Las encuestas demuestran que continúa siendo extremadamente querida por la población inglesa y de acuerdo con los analistas, es muy poco probable que la monarca abdique antes de su muerte. Al ser preguntada el año pasado durante un viaje oficial al norte de Irlanda que si se encontraba con fuerzas para continuar al frente de la Corona, respondió: "Bueno, sigo viva, ¿no?".