CARACAS, 6 Dic. (EDIZIONES) -
Las elecciones parlamentarias que celebra Venezuela este domingo se leen también en clave personal para una de las figuras con mayor peso --y proyección-- del 'chavismo': el actual presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Cabello ejerce el gobierno del Parlamento desde el 5 de enero de 2012, pero entró por primera vez un año antes, cuando consiguió su escaño por el estado de Monagas en los comicios de 2010, en los que el 'chavismo' consolidó su mayoría haciéndose con 100 de 165 diputados.
Su mandato parlamentario ha estado marcado por un carácter espartano forjado en la carrera militar, con el que ha golpeado a los 55 representantes de la Mesa de Unidad de Democrática (MUD) --coalición opositora-- insistentemente en estos cinco años.
Los principales desencuentros han sido con la dirigente opositora María Corina Machado, a la que ha logrado expulsar de la Asamblea Nacional acusada de "traición" por denunciar la situación política en Venezuela en la Organización de Estados Americanos.
"La señora Machado no podrá entrar más a la Asamblea Nacional porque ya no es diputada. Perdió la inmunidad y puede ser detenida en cualquier momento sin previa notificación por traición a la patria", se jactaba al anunciar la noticia.
Bajo sus órdenes la crispación política ha alcanzado picos históricos pasando incluso de las palabras a las manos. La última pelea se vivió en mayo de 2013 cuando Cabello se negó a dar la palabra a los diputados de la MUD y éstos desplegaron una pancarta como señal de protesta, lo que suscitó la rápida respuesta del 'chavismo'.
"Los diputados oficialistas se han vuelto locos. Varias personas se abalanzaron sin mediar palabra y desde atrás --como unos cobardes--" contra los legisladores opositores que estaban protestando, relató Julio Borges.
Al margen de las subidas de tono, el mandato de Cabello ha sido de escasa producción legislativa. La Asamblea Nacional se ha dedicado a aprobar prácticamente 'ipso facto' los borradores llegados del Palacio de Miraflores, incluidas las leyes habilitantes que dan plenos poderes al presidente, Nicolás Maduro.
PLATAFORMA INSTITUCIONAL
A pesar de la poca influencia que ha tenido el Parlamento estos años --al igual que durante la era 'chavista'--, ha servido a Cabello para hacerse con una voz propia en el oficialismo, algo vetado para la mayoría de sus líderes por la construcción mesiánica que está en su esencia.
Cabello ha usado la silla presidencial para lanzar desde ella sus proclamas ideológicas y guiar a una bancada parlamentaria que le ha tenido como principal referente 'chavista' en el último lustro, especialmente desde la muerte del Comandante, el 5 de marzo de 2013.
La jefatura de la Asamblea Nacional --y el escaño que la justifica-- es el único cargo institucional que ostenta actualmente Cabello, por lo que perderlo sería perder también el altavoz que tanto le ha costado conseguir.
EL RETO ELECTORAL
Cabello repite en estas elecciones parlamentarias como líder de la lista 'psuvista' por el estado de Monagas y, si bien seguramente renovará su asiento en la Asamblea Nacional, no tiene garantizada la Presidencia de la misma.
Los sondeos sobre intención de voto dan a la oposición una ventaja de entre el 15 y el 35 por ciento sobre el Gran Polo Democrático --que aglutina al oficialismo parlamentario--, siendo la primera vez que la disidencia parte como favorita en 16 años.
La mayoría simple (84 diputados) serviría a la MUD para designar a la cúpula directiva de la Asamblea Nacional a su antojo, lo que incluye la Presidencia, por lo que seguramente supondría la salida inmediata de Cabello, un escenario letal para su proyección política.
A LA SOMBRA DE MADURO
Cabello quedaría fuera del entramado institucional del 'chavismo' pero mantendría su cargo como primer vicepresidente el gobernante PSUV, aunque --como siempre-- a la sombra de Maduro, a los mandos del partido fundado por Hugo Chávez.
En este escenario quedaría como un líder simbólico, sin poder real, que apenas podría influir en las decisiones políticas que será necesario tomar, en el caso de que gane la MUD, y que --sin lugar a dudas-- marcarán el futuro político del 'chavismo'.
Para Cabello esto es especialmente importante, no por una mera cuestión ególatra, sino porque en el supuesto de que la mayoría opositora en la Asamblea Nacional lograra expulsar a Maduro de Miraflores con un refrendo revocatorio, estaría rezagado para reivindicarse como repuesto.
Cabello fue uno de los nombres que más sonó como sucesor de Chávez porque se formó al calor de las enseñanzas del 'gigante' en la Academia Militar de Venezuela y en los golpes de Estado en los que le siguió fielmente.
Maduro ganó la batalla porque Chávez le designó directamente como su hipotético relevo cuando anunció a los venezolanos que el cáncer que creía curado había resurgido con fuerza, en el ya histórico discurso del 8 de diciembre de 2012.
Desde entonces, aguarda su oportunidad --aunque con lealtad a Maduro-- con la esperanza de que llegado el momento el ala militar del oficialismo, clave en el imaginario 'chavista', le apoye en su intento por alcanzar la cúspide de la pirámide.
LA SOSPECHA DEL 'NARCO'
Además, una Asamblea Nacional dominada por la MUD alberga otro peligro para Cabello, ya que, perdida la Presidencia, la oposición podría promover también la pérdida de su inmunidad parlamentaria para que sea investigado por las denuncias de narcotráfico.
Cabello ha sido señalado por la prensa internacional como cabecilla del Cártel de Los Soles, en base al testimonio de Leamsy Salazar, un ex guardaespaldas de Chávez que ha estado colaborando con las autoridades estadounidenses para desmantelar esta organización criminal.
Salazar ha apuntado a Cabello como el cerebro de una red de narcotraficantes dirigida por militares 'chavistas' para transportar la cocaína colombiana producida por la guerrilla de las FARC a Estados Unidos con Venezuela como escala.
Cabello ha negado las acusaciones y ha asegurado que forman parte de "una campaña de descrédito" contra la nación caribeña. "Jamás me metería con algo que le causa problemas a los jóvenes de Venezuela y el mundo", ha esgrimido.
FUERA DEL 'CHAVISMO'
La apertura de una causa contra Cabello --en un Poder Judicial aún controlado por el Gobierno-- podría dar la excusa perfecta a la cúpula civil del 'chavismo' para dejarlo caer, no en el banquillo de los acusados, pero sí de la primera línea política.
Este 6 de diciembre podría suponer así una auténtica catástrofe personal para Cabello, de ahí que haya sido uno de los más beligerantes durante la campaña electoral. "Esto no tiene que ver con que yo sea diputado o no, lo que está en juego es el futuro de la patria y de nuestros hijos", ha dicho en el cierre desde Monagas.
Cabello ha contribuido también a alimentar el temor a que una ajustada victoria de la MUD lleve al Gobierno a desconocer los resultados electorales desatando una violencia peor a la vivida en las protestas opositoras de 2014, que se saldaron con 43 muertos.
"Si la Revolución Bolivariana pierde la Asamblea Nacional, la utilizarán para seguir conspirando (...), vamos a ir inevitablemente a una confrontación, así que mejor vamos a curarnos en salud y vamos a proporcionarle una victoria a Chávez", ha advertido.