LONDRES 27 Jul. (Reuters/EP) -
Las autoridades de Reino Unido han dado este lunes la última oportunidad a Dmitri Kovtun, uno de los dos rusos acusados de envenenar al exespía del KGB Alexander Litvinenko en 2006, para que aporte alguna prueba sobre la muerte a la investigación británica.
En marzo, Kovtun, quien primero no quiso colaborar, cambió de opinión y pidió comparecer en la investigación. Debía empezar a aportar pruebas por videoconferencia este lunes. Sin embargo, la semana pasada aseguró que había recibo asesoramiento jurídico el cual no estaba autorizado a revelar por un motivo de confidencialidad relacionado con la investigación rusa y explicó que si aparecía sin el permiso de las autoridades rusas estaría cometiendo un delito.
Los responsables de la investigación han informado este lunes de que Kovtun no ha podido presentar el permiso. El juez ha comentado que la última intervención ha dado lugar a la "grave sospecha" de que Kovtun estaba intentando manipular la situación para aparentar que estaba dispuesto a cooperar. Owen ha anunciado una nueva fecha límite para que Kovtun presente alguna prueba el martes a primera hora de la mañana.
"Parece que estas actuaciones están siendo manipuladas de forma coordinada entre el señor Kovtun, los asesinos y el Estado ruso que los envío a cometer el asesinato, una continuación de la colaboración que empezó en 2006", se ha quejado el abogado de la viuda de Litvinenko, Ben Emmerson.
Las autoridades del país anglosajón han asegurado que hay pruebas para demostrar que Kovtun, junto con su compañero ruso Andrei Lugovoy, envenenaron al opositor del Kremlin con té verde mezclado con polonio 210 en el hotel Millennium del centro de Londres.
Antes de su muerte, Litvinenko acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de ordenar su muerte y el juez que supervisa la investigación británica, Robert Owen, ha dicho que existen evidencias que indican la participación de Rusia en el caso. No obstante, Moscú siempre ha negado haber tenido alguna implicación en el mismo, al igual que Lugovoy y Kovtun, a los que Rusia se ha opuesto a extraditar.
Un testigo aseguró el pasado viernes que en Alemania, un mes antes de que Litvinenko fuese envenenado, Kovtun había dicho que necesitaba un cocinero para ponerle veneno en la comida o la bebida al exespía.
Kovtun dijo en una rueda de prensa en abril que Litvinenko, cuya muerte llevó las relaciones entre Moscú y Londres a mínimos desde de la Guerra Fría, podría haberse matado accidentalmente mientras manipulaba polonio. La investigación británica debe emitir un informe sobre la muerte antes de que acabe el año.