MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
Reino Unido ha reiterado este martes a la UE que quiere una "relación constructiva" con los Veintisiete, aunque ha alertado de que su posición "no ha cambiado" a la vez que ha pedido "acelerar" las conversaciones sobre los asuntos pendientes tras el Brexit de cara al próximo año, cuando está previsto que se retomen.
La ministra de Exteriores británica y encargada de las negociaciones con la UE, Liz Truss, y el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de las relaciones con Reino Unido, Maros Sefcovic, han mantenido una llamada telefónica este martes para "tratar los temas pendientes sobre Europa", ha indicado Londres.
Al respecto, Truss ha trasladado a Sefcovic que Reino Unido busca una relación "apoyada en el comercio y en la creencia compartida en la libertad y la democracia", aunque "resolver los problemas actuales es fundamental para liberar ese potencial".
"La posición de Reino Unido no ha cambiado. Necesitamos que los bienes fluyan libremente entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, poner fin al papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea como árbitro final de las disputas entre nosotros y resolver otras cuestiones", ha defendido Truss, según un comunicado compartido por Londres.
En este marco, ha pedido "acelerar el ritmo de las conversaciones en el nuevo año", ya que su preferencia "sigue siendo alcanzar una solución acordada". No obstante, "si esto no sucede", Reino Unido sigue preparado "para activar las salvaguardas del Artículo 16 para hacer frente a los problemas reales que afronta Irlanda del Norte y para proteger el Acuerdo de Belfast en todas sus dimensiones", ha alertado Truss.
Truss acaba de asumir el liderazgo en las negociaciones con la UE, después de la salida de su predecesor, David Trust. Su llegada podría facilitar un "reinicio" de las negociaciones con Bruselas, viciadas en los últimos meses. La de este martes ha sido la primera toma de contacto que ha tenido con la UE desde que fuera nombrada para el cargo.
Bruselas y Londres llevan ya varias semanas de contactos intensificados para tratar de salvar el protocolo para Irlanda del Norte que ambas pactaron en el marco del Brexit pero que el Gobierno británico se niega ahora a aplicar porque dice que su cumplimiento es complejo y tiene un alto coste para empresas y ciudadanos. También quedan abiertos otros asuntos que ambas partes tienen que resolver, como Gibraltar.