MADRID 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El relator especial de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Palestina, Michael Lynk, ha pedido a Israel en un informe que se retire de la Zona C de Cisjordania, donde tiene un control civil y militar total, y que entregue esa zona a los palestinos, según ha informado el diario 'The Jerusalem Post'.
"Israel debe permitir que la Autoridad Palestina asuma el control de la seguridad en la Zona B y el control civil y de seguridad en la Zona C para así poner fin a la fragmentación geográfica de los Territorios Palestinos Ocupados", ha asegurado Lynk.
La Zona A supone cerca de un tres por ciento del territorio y está bajo control administrativo y de seguridad de la Autoridad Palestina, y, pese a que teóricamente las fuerzas israelíes no pueden operar en la zona, lo hacen con relativa frecuencia.
Los Territorios Palestinos Ocupados están compuestos por otras dos zonas: la B, que supone cerca del 30 por ciento y está integrada por los pueblos y alrededores de la Zona A, bajo control administrativo palestino y control de seguridad israelí; y la Zona C, totalmente bajo control israelí.
Lynk ha añadido en su informe que Israel ha "obstruido el derecho de los palestinos a la autodeterminación" mediante la construcción sobre las líneas anteriores a 1967 en Jerusalén Este y Cisjordania. La demolición de viviendas palestinas y la falta de permisos para construir crean "un ambiente coactivo" que aumenta el riesgo de "traslados forzosos individuales y masivos".
El relator especial de la ONU también piensa que Israel actúa como una potencia "colonial" sobre la Zona C y Jerusalén Este. "El régimen discriminatorio de Israel minimiza y excluye la participación de los palestinos. Israel debe dejar de destruir viviendas y propiedades incluso de las comunidades beduinas", ha añadido Lynk.
Por otra parte, el informe denuncia que las fuerzas de seguridad de Israel han contestado de manera desproporcionada a los ataques palestinos contra israelíes, que sólo han conseguido que la violencia aumentara. "Los ataques violentos de cualquier tipo por cualquier persona son inaceptables", ha añadido Lynk.
Desde que comenzó la ola de terror en octubre de 2015 los palestinos han ejecutado 255 ataques con arma blanca, 109 tiroteos, 47 ataques a vehículos y una bomba en un autobús, en los que han muerto 42 personas. En respuesta a estos ataques los israelíes han matado a al menos 149 palestinos, según informa Reuters.