RANGÚN 21 Jul. (Reuters/EP) -
La relatora especial de Naciones Unidas, Yanghee Lee, ha denunciado este viernes la persecución a activistas y periodistas en Birmania tras su visita, que ha declarado haber realizado con restricciones de acceso y bajo estricto control del Ejército en un país acusado de crímenes de lesa Humanidad contra la etnia rohingya y que no permite la entrada de una misión de investigación de Naciones Unidas.
Lee ha denunciado haber encontrado un "aumento de las restricciones" en su visita de doce días. El Gobierno de la premio Nobel, Aung San Suu Kyi, no le ha permitido acceder a las zonas más afectadas por el conflicto en el noreste del estado de Rajine alegando preocupaciones de seguridad.
Tampoco ha podido visitar a tres periodistas detenidos en junio acusados de contactar con grupos rebeldes pese a estar retenidos en una zona turística. La relatora ha calificado de "inaceptable" la vigilancia durante las entrevistas con personas locales por agentes que, según ha contado, podrían pertenecer a la rama especial que durante el medio siglo de dictadura se encargó de perseguir la disidencia política.
"Estoy decepcionada al ver que las tácticas aplicadas por el Gobierno anterior siguen siendo utilizadas", ha declarado Lee. Pese a la transición democrática, la Constitución de Birmania fue redactada por generales de la dictadura y el Ejército mantiene un papel dominante en el país.
"En tiempos anteriores, defensores de Derechos Humanos, periodistas y civiles fueron perseguidos, vigilados e interrogados. Eso sigue ocurriendo todavía", ha añadido Lee.
Lee ha denunciado que la "situación de los rohingyas apenas ha mejorado desde enero y se ha complicado aún más en el norte de Rajine", ha dicho además que la minoría étnica está "aterrorizada" y "atrapada por la violencia".
HISTORIA DE UNA REPRESIÓN
La represión del Ejército comenzó en octubre de 2016 tras la muerte de nueve guardias fronterizos en el norte de Rajine, en ataques que el Gobierno atribuyó a grupos armados rohingyas desencadenando una ofensiva militar contra el grupo étnico que ha provocado la huída de 75.000 personas a Bangladesh. Naciones Unidas ha abierto una investigación contra el Ejército, a quien ha acusado de violaciones en grupo, asesinatos, torturas y quema de viviendas, acciones que podrían ser juzgadas como crímenes contra la Humanidad.
El Gobierno ha negado la mayoría de las acusaciones y no ha permitido la entrada de una misión de investigación de Naciones Unidas, algo que, según la presidenta, aumentaría la tensión en la región. La Policía birmana ha informado de la apertura de una investigación interna, encabezada por el vicepresidente y exteniente general del Ejército, Myint Swe, y una comisión dirigida por el antiguo secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan.
Tras su visita a Rajine, Lee ha pedido la implementación de algunas de las recomendaciones hechas en marzo por el grupo de Annan, entre ellas, otorgar certificados de nacimiento a 20.000 niños no registrados.
El Gobierno de Birmania tacha de ilegales a los rohingya porque considera que son descendientes de inmigrantes de Bangladesh y se ha negado a emitir documentos para recién nacidos rohingya.