Los rebeldes también cometieron crímenes de guerra con sus ataques indiscriminados contra localidades asediadas
MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los "terribles asedios" e intensos bombardeos a los que ha sometido el régimen de Bashar al Assad a algunas zonas del país provocando que sus habitantes no tengan otra opción que huir o morir y forzando así acuerdos de "reconciliación" con los grupos rebeldes que las controlaban constituyen "crímenes contra la Humanidad".
Así lo ha denunciado este lunes Amnistía Internacional en un nuevo informe, "'O nos marchamos o morimos': Desplazamiento forzado bajo los acuerdos de 'reconciliación' en Siria", en el que se examinan cuatro de estos pactos alcanzados entre agosto de 2016 y marzo de 2017. Se trata de los acuerdos para evacuación de miles de personas de Daraya, el este de Alepo, Madaya, Kefraya y Fua.
Según la organización, el Gobierno sirio y, en menor medida, los grupos armados de oposición han asediado ilegalmente a civiles, privándoles de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, y perpetrado ataques ilegales contra zonas densamente pobladas.
"Mientras que el Gobierno sirio ha dicho que su objetivo ha sido derrotar a los combatientes opositores, su cínico uso de la táctica de 'ríndete o muere de hambre' ha implicado una devastadora combinación de asedios y bombardeos", ha subrayado el director de Investigación para Oriente Próximo y el Norte de África de AI, Philip Luther. "Estos han formado parte de un ataque sistemático así como generalizado contra los civiles que equivale a crímenes contra la humanidad", ha denunciado.
En este sentido, ha reclamado la cooperación de todos los países "para poner fin a esta oscura mancha en la conciencia del mundo que representa la continuada impunidad para tales crímenes". "No hay ninguna manera más simple de hacerlo que apoyando y dando recursos al Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente establecido recientemente por la ONU para ayudar a investigar y procesar a los responsables", ha agregado.
SIN OTRA OPCIÓN QUE HUIR
Amnistía ha denunciado que las personas sometidas a estas terribles violaciones no tenían otra opción que abandonar sus hogares en masa. Como resultado de ello, miles de familias viven ahora en campamentos improvisados con un acceso limitado a ayuda y otros bienes básicos y con escasas oportunidades de ganarse la vida, ha añadido la organización.
Luther ha defendido que si el Gobierno de Al Assad, "así como grupos armados como el movimiento islámico Ahrar al Sham y Hayat Tahrir al Sham, son serios respecto a la reconciliación, deben poner fin inmediatamente a estas prácticas ilegales, levantar los asedios y acabar con los ataques sobre miles de civiles que siguen asediados en toda Siria".
Para elaborar su informe, Amnistía ha entrevistado a 134 personas entre abril y septiembre pasado, incluidos desplazados que vivieron asedios y ataques, trabajadores humanitarios y expertos, periodistas y funcionarios de la ONU. Asimismo, la ONG ha revisado decenas de vídeos y analizado imágenes de satélite para corroborar los relatos de los testigos.
Un médico de Daraya ha contado a AI como la falta de máquinas de diálisis impedía dar tratamiento a las personas con insuficiencia renal. "Así que veíamos a los pacientes morir delante de nuestros ojos y no podíamos ofrecerles nada", ha explicado.
Las madres en las zonas asediadas también tenían problemas para amamantar a sus hijos, debido a que ellas mismas apenas comían. Una madre ha contado que su hija, que ya nació pequeña, no conseguía alimentarse adecuadamente con su leche. "No había nada que yo pudiera hacer, no teníamos alternativas así que lloraba y yo no podía hacer nada", se ha lamentado.
Según Amnistía, tanto el Gobierno sirio como los grupos rebeldes opositores han restringido y bloqueado el acceso a ayuda humanitaria y médica crucial para la supervivencia de las personas asediadas, especialmente cuando estas no podían permitirse pagar los elevados precios de alimentos y medicinas. Como consecuencia de ello, en muchos casos se veían forzados a sobrevivir con una única comida al día.
INTENSIFICACIÓN DE BOMBARDEOS ANTES DE EVACUACIÓN
Asimismo, los civiles con los que ha hablado Amnistía han denunciado que los bombardeos por parte del Ejército sirio y también de la aviación rusa solían intensificarse en los días previos a la evacuación de sus enclaves, como ocurrió en el este de Alepo.
"Hacen falta meses antes de morir de hambre. Los bombardeos aéreos son otra cosa. Uno podía morir de una pieza de metralla en una fracción de segundo. Nadie estaba protegido de los bombardeos aéreos y los ataques de artillería", ha contado un residente de Alepo. "Civiles, rebeldes, edificios, coches, puentes, árboles, jardines, etc, todos eran objetivo", ha destacado.
Los rebeldes también mataron e hirieron a cientos de civiles en sus ataques indiscriminados de artillería contra las localidades asediadas de Kefraya y Fua. Según Amnistía, estos ataques supusieron una violación del Derecho Internacional Humanitario y, en muchos casos, equivalen a crímenes de guerra.
RECONSTRUCCIÓN
Por último, Amnistía ha reclamado que ahora que la vista parece estar puesta ya en la reconstrucción de Siria, se permita a quienes tuvieron que abandonar sus casas volver de forma segura y voluntaria y reclamarlas.
"A medida que la comunidad internacional cambia su foco hacia los esfuerzos de reconstrucción en Siria, Amnistía Internacional pide a todos con influencia, en particular Rusia y China, que garanticen que cualquier asistencia financiera a zonas afectadas por desplazamiento forzado respete el derecho de las víctimas a la restitución de sus viviendas, tierras y propiedades, así como el derecho al retorno voluntario de forma segura y digna", ha sostenido Luther.