ROMA, 6 Mar. (Reuters/EP) -
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha rechazado este domingo los indicios que apuntaban a un posible envío de 5.000 soldados italianos a Libia para combatir a Estado Islámico.
"Mientras sea primer ministro, Italia no invadirá Libia con un contingente de 5.000 hombres", ha declarado Renzi en un programa de la cadena de televisión italiana Canale 5. El primer ministro ha dejado claro que las condiciones actuales no dejaban espacio alguno a una intervención militar en la antigua colonia italiana.
"Si hay necesidad de intervenir, Italia no se contendrá, pero esa no es la situación que tenemos entre manos ahora. La idea de enviar 5.000 hombres no se encuentra sobre la mesa ahora mismo", ha señalado Renzi.
Las declaraciones de Renzi responden a las aseveraciones del embajador estadounidense en Italia, John Phillips, que afirmó al diario 'Corriere della Sera' este viernes que Roma podría enviar un contingente militar al país.
"Debemos defender la seguridad de Trípoli y cerciorarnos que Estado Islámico no tiene espacio alguno para golpear", dirimió Phillips. Fuentes de seguridad italianas han afirmado además que Roma ha enviado cerca de 40 agentes secretos a Libia durante las últimas semanas, a los que se añadirían otros 50 operativos especiales.
A pesar de ello, Italia todavía rechaza el permitir que aviación o 'drones' armados con base en territorio italiano lleven a cabo ataques sobre posiciones de Estado Islámico en Libia.
VUELTA A CASA
Esta misma jornada dos rehenes retenidos en Libia han vuelto a Italia, ambos empleados de la compañía constructora Bonatti y que formaban un grupo de cuatro, el resto de los cuales fueron asesinados por Estado Islámico antes de que las fuerzas libias los atacaran lograran liberarlos.
Dichos detalles han sido proporcionados por el portavoz libio de las fuerzas de seguridad de Sabratha, Sabir Kshada, que se contradicen con los testimonios de los rehenes recogidos por la Policía y publicados por los medios italianos, que señalan que sus captores no estaban directamente relacionados con el grupo yihadista.
Citando fuentes sin nombrar, los medios italianos hacen referencia a las torturas que sufrieron los rehenes, la privación de alimento durante hasta cuatro días y su posterior escape, sin mediar ayuda alguna, este viernes.
Antes de ser enviados de vuelta a Italia, ambos trabajadores han aparecido brevemente en compañía del ministro de Asuntos Exteriores del autoproclamado Gobierno en Trípoli, Ali Abu Zakuk. "Necesitamos la cooperación y la ayuda de los italianos para hacer frente a la organización criminal de Estado Islámico en Libia", ha señalado Zakuk.
Sabratha es una de las muchas ciudades libias en las que existen núcleos de milicianos leales a Estado Islámico, donde se aprovechan del caos creado por el vacío de poder tras el derrocamiento de Muammar Gadafi hace cinco años.
La organización terrorista entró en 2014 en Libia, en la ciudad de Derna, de donde fue expulsada un año después por milicias locales. Tras ello se hizo fuerte en Sirte, desde donde se ha expandido.
El grupo yihadista ha aprovechado el vacío de autoridad y seguridad desencadenado tras la formación de dos gobiernos enfrentados en Trípoli y Tobruk --éste último reconocido por la comunidad internacional-- para lograr avances en el país norteafricano.