MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, han esperado año y medio para celebrar una cumbre bilateral cuyo resultado se prevé incierto y que a buen seguro incluirá en la agenda los conflictos de Siria y Ucrania pero que tendrá como telón de fondo la supuesta injerencia rusa en la campaña electoral que terminó llevando al candidato republicano a la Casa Blanca.
La cumbre de Helsinki es la última de una larga historia de encuentros entre dos superpotencias cuyos altibajos han definido la realidad mundial. Aquí, un repaso a algunos de estos encuentros.
ROOSEVELT - STALIN
La primera reunión oficial celebrada entre el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, y el líder de la Unión Soviética, Joseph Stalin, en 1943 fue aclamada inicialmente como un éxito por ambas partes. Se celebró en la embajada soviética en Teherán, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Una reunión caracterizada por un intento de magnicidio. El agente soviético Gevork Vartanyan jugó un papel clave para evitar que el espía alemán Otto Skorzeny hiciera saltar la cumbre por los aires.
A pesar de la firma de la Declaración de Europa Liberada, las superpotencias experimentaron un encontronazo cinco meses después, en en Potsdam, donde Estados Unidos y Reino Unido denunciaron esfueroz para instalar el comunismo en Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria y Hungría.
EISENHOWER - KRUSCHEV
La primera y la segunda reunión entre el presidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower y el primer ministro soviético Nikita Krushchev acabaron en un giro negativo de las relaciones, a pesar de que el primer encuentro, en Los Ángeles, supusiera la primera visita de un líder soviético a los EEUU y su primera declaración conjunta llamara a una "paz justa y duradera".
Las esperanzas se desvanecieron en mayo de 1960, dos semanas antes de su reunión en París, cuando los soviéticos derribaron un avión espía estadounidense U-2 sobre Rusia y capturaron al piloto. EEUU intenó justificar que era un avión de estudios meteorológicos, pero la mentira fue expuesta por los soviéticos, y la relación Eisenhower-Krushchev acabó derrumbándose.
En la siguiente reunión entre los dos en París en 1960, Khrushchev prácticamente se deshizo de Eisenhower, quien terminó cancelando un viaje a Moscú planeado para el mes siguiente.
KENNEDY - KRUSHCHEV
La cumbre de Viena de junio de 1961 fue uno de los puntos más bajos de la Presidencia del joven John Fitzgerald Kennedy. El joven presidente estadounidense, muy medicado debido a dolores de espalda fue acusado por Khrushchev de que Estados Unidos tenía la intención de "liquidar el sistema comunista" y objeto de burlas por parte del mandatario soviético debido al fiasco de la invasión de Bahía de Cochinos. "¿Pueden seis millones de personas realmente ser una amenaza para los poderosos Estados Unidos?"
El presidente de los Estados Unidos admitió la dureza del premier soviético y su propia falta de experiencia. "Me ha dado una paliza", lamentó en privado durante la cumbre antes de hacer públicas sus dudas. "Si Khruschev piensa que soy inexperto y que no tengo agallas, hasta que eliminemos esas ideas no lograremos nada con él ", reconoció el presidente al periodista del New York Times James Reston. La construcción del Muro de Berlín comenzó pocos meses después.
NIXON - BREZHNEV
En la primera visita a Moscú de un presidente estadounidense sentado, Richard Nixon voló a la capital soviética en 1972 para reunirse con el líder soviético Leonidas Brezhnev. Firmaron varios acuerdos históricos, dos de los cuales incluyeron la restricción de los arsenales nucleares de ambas superpotencias, la limitación de los misiles balísticos y el establecimiento de una línea directa para evitar que la guerra nuclear estallara por accidente.
Brezhnev viajó a EEUU en junio de 1973. Unas cintas divulgadas en 2013 revelaron un encuentro privado cálido y amistoso entre ambos líderes. En los audios, se nota que ambos líderes intentan establecer una relación personal. Nixon le dice a Brezhnev que su relación es la "clave" que podría "cambiar el mundo".
"Es esencial que esas dos naciones, cuando sea posible, trabajen juntas y la clave esté realmente en la relación entre nosotros. Si decidimos trabajar juntos, podemos cambiar el mundo. Esa es mi actitud en estas conversaciones", dijo Nixon, antes del escándalo del Watergate que acabaría con su presidencia.
REAGAN GORBACHOV
Uno de los encuentros clave en la historia de las relaciones entre Washington y Moscú ocurrió en 1987. Ronald Reagan y Mijail Gorbachov habían desarrollado una intensa relación de trabajo. El líder ruso contaba con la validación de la primera ministra británica, Margaret Thatcher.
Reagan lo describió en su momento como la realización de "una visión imposible". En diciembre de 1987, los líderes firmaron un tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio en un primer intento por revertir la carrera armamentista nuclear.
CLINTON - YELTSIN
La cumbre en Vancouver de 1993 entre Bill Clinton y Boris Yeltsin tenía un solo propósito: romper el hielo. Y lo consiguió. En un artículo titulado 'Boris y Bill' por Strobe Talbott para el 'Washington Post', se describe cómo Yeltsin se emborrachó tanto durante una visita presidencial de 1994 que lo encontraron fuera de la Casa Blanca en calzoncillos, pidiendo un taxi para comerse una pizza.
La noche siguiente, escribe Talbott, un guardia confundió al presidente ruso con un intruso. Yeltsin vagaba tambaleándose, de nuevo ebrio, por el sótano de la residencia oficial de visitantes.
Tras la reunión, ambos emitieron una declaración conjunta llamando a la promoción de la democracia. Clinton prometió a Yeltsin asistencia financiera para promover varios programas, incluidos fondos para estabilizar la economía y emplear científicos nucleares.
BUSH-PUTIN
El primer encuentro entre George W. Bush y Vladmir Putin no hacía aventurar la crisis que se avecinaba. "Putin", dijo Bush, "era directo y de fiar, un hombre profundamente comprometido con su país y con los mejores intereses de su país". De hecho, le invitó a su rancho en Crawford, Texas, con un espíritu de cooperación.
Espíritu roto por la invasión de Irak en 2003. Al año siguiente, los rusos creyeron que la Revolución Naranja de 2004 en Ucrania fue el resultado de un complot de la CIA. Las tensiones hirvieron hasta que una guerra entre Rusia y Georgia en 2008 llevó a la paralización completa de las relaciones.
OBAMA-PUTIN
Las buenas perspectivas entre Barack Obama y el presidente Dimitri Medvedev fueron efímeras. Putin recuperó el poder del que se había apartado temporalmente, acatando la Constitución, y todo volvió al frío.
El encuentro entre ambos en 2016 durante la cumbre del G20 en Hangzhou, China,fue descrito por Obama como "franco, directo y formal". Putin había acusado a los Estados Unidos de instigar y alentar protestas masivas en Moscú, y ambos presidentes estaban en extremos opuestos de los conflictos en Ucrania y Siria.
Durante sus conversaciones, Obama también expresó su preocupación a Putin por los problemas de seguridad cibernética, que jugarían un papel mucho más importante en las próximas elecciones en Estados Unidos, en las que Donald Trump se haría con la victoria bajo sospecha de injerencia informática del Kremlin.