MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades checas han informado este martes de que han vuelto a introducir controles fronterizos para frenar el flujo migratorio procedente de Eslovaquia, si bien el Gobierno considera que República Checa es meramente un territorio de tránsito para los migrantes.
El primer ministro del país, Petr Fiala, ha confirmado la medida y ha matizado que los migrantes tienen como objetivo llegar a zonas más occidentales de Europa. No obstante, ha explicado que el control migratorio comenzará el jueves y durará al menos diez días.
Para ello, las autoridades han desplegado un dispositivo de unos 500 agentes de Policía y trabajadores de aduanas, que figurarán en casi una treintena de puestos fronterizos, tal y como ha explicado la Policía checa en su cuenta de Twitter.
Desde que comenzó 2022, cerca de 12.000 migrantes han atravesado el territorio para dirigirse a otro país. La mayoría de ellos, según datos del Gobierno, son de origen sirio.
Además, las fuerzas de seguridad han detenido a 125 personas acusadas de traficar con estos migrantes. Una portavoz del Ministerio del Interior eslovaco ha exigido que estos controles fronterizos sean abordados a través de las instituciones de la Unión Europea dado que ambos Estados pertenecen al espacio Schengen.
La frontera entre República Checa y Eslovaquia se extiende a lo largo de unos 250 kilómetros. Ambos países formaron uno solo, Checoslovaquia, hasta que se este se disolvió a principios de 1993.