El país cuenta con el mayor número de desplazados en África --3,8 millones--, casi la mitad de ellos en Kasai
MADRID, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
Casi un millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en República Democrática del Congo (RDC) en los seis primeros meses de 2017, principalmente por el conflicto en la región de Kasai, sin que esta crisis esté atrayendo la atención y la ayuda que merece, ha denunciado Oxfam.
"RDC es una crisis Cenicienta en la que se está produciendo un gran sufrimiento humano que está pasando prácticamente desapercibido para el mundo", ha lamentado Mark Goldring, director ejecutivo de Oxfam Reino Unido, tras realizar una visita al país africano.
"Casi un millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en los últimos seis meses pero ha habido muy poca o ninguna ayuda internacional", ha precisado.
Según los últimos datos, en el primer semestre de 2017 ha habido 922.000 nuevos desplazados, más del total registrado en Nigeria y Sudán del Sur, otros dos países escenario de conflictos. Actualmente, RDC es el país con más desplazados internos del continente, con 3,8 millones. Además, acoge a cerca de 500.000 refugiados procedentes de Burundi, República Centroafricana y Sudán del Sur. A esto se suma que en el país hay más de 1,5 millones de personas al borde de la hambruna.
"Cientos de miles de personas están sin hogar y hambrientas. Necesitamos un esfuerzo masivo de ayuda para ofrecerles esperanza", ha reclamado Goldring. "De las grandes crisis humanitarias, solo Afganistán está recibiendo actualmente menos ayuda que RDC", ha subrayado. De los más de 800 millones de dólares solicitados por la ONU para 2017, hasta ahora se ha movilizado solo el 26 por ciento.
Durante su reciente visita a Kasai, Goldring habló con familias que se habían visto desplazadas hasta tres veces en seis meses y que habían perdido todo en cada huida. Además, muchos de ellos tenían cicatrices por ataques con machetes o habían visto cómo sus familiares eran atacados. Los desplazados no tienen intención de volver a sus hogares, ya que creen que sus localidades están malditas.
"SUFRIMIENTO HUMANO ENORME"
"La región de Kasai ha sido tradicionalmente pacífica, pero desde que estalló la violencia entre el Gobierno y milicias locales, el sufrimiento humano ha sido enorme", ha resaltado el responsable de Oxfam, que durante su visita vio "aldeas fantasmas, vacías de personas, en las que solo quedaban los restos de lo que otrora eran casas". Durante su visita, también fue testigo de escuelas y centros de salud saqueados.
Oxfam ha lamentado que el Gobierno y la comunidad internacional han sido lentos en su respuesta ante esta crisis, que comenzó en agosto de 2016 a raíz de la muerte de un líder local. Desde entonces, la milicia que lleva su nombre, Kamuina Nsapu, y las fuerzas de seguridad han mantenido enfrentamientos y la ONU ha alertado de la posibilidad de que la situación degenere en un conflicto étnico.
La falta de seguridad ha impedido el acceso en gran medida de los actores humanitarios a la zona, pero la situación también se ha visto agravada por la crisis política y económica que atraviesa el país, cuyo presidente, Joseph Kabila, sigue en el cargo pese a que su mandato expiró en diciembre pasado.
En su último informe sobre la situación en Kasai, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) ha destacado que el conflicto está afectando ya a nueve provincias y que hay actualmente unos 1,4 millones de desplazados.
Según ha resaltado, el inicio de la estación de lluvias podría deteriorar la situación humanitaria, exponiendo a los desplazados, muchos de los cuales viven en alojamientos precarios, al riesgo de quedar a la intemperie y a enfermedades relacionadas con el agua, con el consiguiente deterioro de sus condiciones de vida. Asimismo, las lluvias podrían limitar el acceso humanitario dado el mal estado de las carreteras en la zona.
Así las cosas, Oxfam ha reclamado al Gobierno congoleño que cumpla con su compromiso de celebrar elecciones presidenciales antes de final de año y que ofrezca a la población toda la ayuda posible, mientras que a la comunidad internacional le ha pedido que aumente con rapidez su ayuda y haga más para garantizar la protección de los civiles y de los Derechos Humanos.