DIFFA (NÍGER), 22 (Reuters/EP)
Una ola de ataques perpetrados por los islamistas de Boko Haram en el noreste de Nigeria y en las islas del lago Chad han forzado a decenas de miles de personas a cruzar la frontera hacia la árida región nigerina de Diffa, empeorando la terrible situación humanitaria en la zona.
Se estima que 150.000 personas han huido hacia Diffa desde 2013, según las agencias de ayuda humanitaria, aumentando un tercio la población de esta remota región que depende casi por completo de la cooperación y sufre una importante escasez de alimentos perecederos.
Los refugiados han llegado a la zona tras la declaración del Gobierno de Níger del estado de emergencia para hacer frente a la insurgencia que ha llevado a la economía de Diffa al estancamiento --escasos ingresos provenientes la pesca y del comercio de pimientos-- y ha dejado a la población vulnerable.
"Huimos durante toda la noche. Tenía mucho miedo y aún lo tengo. Dejamos todo atrás", ha declarado Lagari Fogo, un refugiado nigeriano que vive en un campamento en Gagamari y que ha afirmado que Boko Haram atacó su pueblo hace 11 días.
En los campamentos improvisados, algunas personas echan lonas de plástico sobre arbustos espinosos para protegerse del sol. Sus escasas pertenencias, por lo general no más de unas mantas y algunas ollas y sartenes, se acumulan alrededor de ellos.
"Estamos sufriendo. Estamos sufriendo y esto no termina", ha lamentado Adam Abdoulaye, de 35 años y padre de un niño de siete, mientras recogía un paquete de comida del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Abdoulaye ha dicho que la actividad comercial en la ciudad de Diffa, la capital de la región, se ha reducido por el estado de emergencia y los continuos ataques de Boko Haram.
"La situación alimentaria en Diffa siempre ha sido la escasez crónica", ha informado el jefe del PMA en la ciudad, Michel Hulais, delante del suministro. "Pero desde que empezaron los sucesos recientes que han afectado a la seguridad, la situación se han deteriorado exponencialmente", ha añadido.
SOLO TRES DÍAS PARA HUIR
Bamgoye de Dala ha dicho que solo tuvo tres días para empaquetar sus pocos enseres y huir de su pueblo de Lelewa en el lago Chad junto a sus seis hijos tras la orden del Gobierno nigerino. Se ha quejado por haber tenido que abandonar a sus animales y el resto de sus pertenencias, que no podía cargar en la caminata de 20 kilómetros.
"Por culpa de Boko Haram, el Gobierno nos ha pedido que nos marchemos. Nos dijeron que estaban en guerra con ellos y teníamos que abandonar la isla", ha relatado este padre de 50 años, sentado a la sombra de un toldo.
El Ejecutivo de Níger ha asegurado que ha pedido a sus habitantes que evacuen las islas por su propia seguridad y que ha estado trabajando con agencias de cooperación para asegurar el acceso a la ayuda.
Hasta comienzos de 2015, la ofensiva de Boko Haram iniciada hace seis años para crear un emirato islámico con un tamaño similar al territorio de Suiza había matado a miles de personas.
Una campaña militar regional llevada a cabo por Nigeria, Níger, Chad y Camerún hizo retroceder a los terroristas. En las últimas semanas, sin embargo, el grupo ha matado a cientos de personas en los ataques, a los que le siguen la recuperación de algunas ciudades que habían sido tomadas, incluyendo Damasak, a pocos kilómetros de las afueras de Diffa.
El gobernador de Diffa, Yacouba Soumana Gao, ha dicho, no obstante, que las fuerzas de seguridad de Níger han visto una mejora en la cooperación desde las elecciones de mayo en Nigeria que llevaron a Mahamadou Buhari a la presidencia.
Asimismo, el gobernador ha explicado que las autoridades están reduciendo las restricciones en el comercio de pimientos para ayudar a la economía local. "Ellos (Boko Haram) saben que tienen los días contados y por eso están preparando atentados suicidas", ha concluido.