"¿Estaré psicológicamente preparada ante lo que me voy a encontrar?, ¿A todas esas tragedias que no podremos evitar?"
MADRID, 19 Dic. (Alison Criado-Perez, enfermera de MSF en Sierra Leona) -
Así que sí, finalmente me voy. Este sábado subiré a un avión rumbo a Freetown, capital de Sierra Leona, donde me uniré a los más de 3.500 trabajadores nacionales e internacionales de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la lucha contra el mayor y más mortal brote de Ébola jamás visto hasta ahora.
Ya no puedo esperar. Voy con el apoyo y el cariño de mi familia y amigos, aunque sé que casi todos ellos preferirían que no me fuera. Especialmente mis tres hijos: todos ya adultos, pero preocupados por mí, a pesar de que entienden mi motivación para hacerlo.
Con cerca de 18.000 casos confirmados de ébola en África Occidental hasta la fecha, de los cuales más de un tercio no han logrado sobrevivir, hubo un momento en el que me pregunté a mí misma si estaba preparada para afrontar un reto así.
Un montón de botas se ponen a secar tras ser lavadas. Vincent van der Windt / MSF
Pero ayer, viendo un documental emitido por BBC Panorama en el que uno de los compañeros que está trabajando en Sierra Leona admitía haberse hecho la misma pregunta antes de salir, me sentí más aliviada. Todo el mundo dice que es natural tener un poco de miedo o sentir al menos algo de aprensión. Así que sí, estoy asustada, pero convencida y preparada para empezar a trabajar.
Después de haber recibido una preparación excelente, en la que nos han dado mucha información sobre los aspectos epidemiológicos del virus, los modos de transmisión y el control de la infección, soy consciente de los peligros a los cuales estaremos expuestos. Soy consciente de las precauciones que debemos tomar para protegernos e igualmente soy consciente de que, por muchas precauciones que tomemos, siempre existirá un mínimo riesgo de cometer un fallo humano.
"Despacio despacio. Seguro seguro", lema no oficial del centro de MSF. Vincent van der Windt / MSF
¡ACEPTO EL RETO!
Sé qué existe la posibilidad de, por ejemplo, tener un accidente con una aguja mientras saco sangre a un paciente. O que puedo no darme cuenta y llegar a dejarme algún centímetro de piel expuesta al entrar en contacto con los enfermos. También puedo cometer un error al quitarme el equipo de protección personal después de estar en la unidad de aislamiento. Sí, lo tengo todo claro. ¡Y acepto el reto!
La formación que recibimos nos sirvió como una buena preparación práctica, y me siento físicamente preparada para meterme dentro del traje y sudar la gota gorda. Sé lo que tengo que hacer.