Unas 360.000 personas han retornado en octubre a la RDC, donde la situación "ya es extrema"
MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Unos 360.000 congoleños han regresado a su país desde Angola durante el mes de octubre, en su mayoría forzados, lo que ha generado preocupación entre unas organizaciones humanitarias que advierten de que muchos de ellos están atrapados y sin recursos en una de las regiones más pobres de República Democrática del Congo (RDC).
La responsable local del Consejo Noruego de Refugiados (NRC), Ulrika Blom, considera "impactante" la actual situación, en la medida en que los cientos de miles de retornos no hacen sino añadir "una presión aún mayor a una situación humanitaria que ya es extrema".
Entre los retornados se mezclan trabajadores emigrados --antiguos empleados de minas-- y refugiados que precisamente huyeron del conflicto que estalló en Kasai en la segunda mitad de 2016. En la región, al menos dos millones de personas han podido volver a sus hogares desde los combates, aunque 1,3 millones siguen desplazadas, según los datos del NRC.
Un 70 por ciento de los retornados han pasado a través de la ciudad fronteriza de Kamako, donde, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), hay unas 50.000 personas atrapadas. Sin apenas posesiones --muchos han tenido que venderlas para costearse el viaje--, se encuentran en una situación "extremadamente vulnerable".
La saturación del paso fronterizo se extiende también a las zonas aledañas, donde las actuales instalaciones no abarcan todas las necesidades. Los precios de los alimentos básicos se han triplicado y faltan alojamientos y atención médica, un caldo de cultivo para el desarrollo de epidemias prevenibles en cualquier otro contexto.
Los principales riesgos proceden del agua, por la falta de letrinas e inadecuadas redes de saneamiento. En ciudades como Kamako, los congoleños carecen de instalaciones donde poder asearse regularmente por la falta de agua potable, apunta NRC.
"Estamos sufriendo mucho en Kamako. La gente duerme dentro o fuera de las iglesias. Los niños están bajo la lluvia", afirma Arnaud Kalenda, recién llegado desde Angola y víctima de esta caótica situación, en declaraciones al CICR.
VUELVEN A UN LUGAR EXTRAÑO
La responsable de operaciones del CICR en Kamako, Anna Praz, explica en un comunicado que "estas personas se fueron con muy poco y no han tenido mucho tiempo para prepararse". Por este motivo, regresan "con las manos vacías o con muy pocas posesiones" y, en algunos casos, "asustados".
"Ahora están en un lugar que es más o menos extraño para ellos, porque han estado lejos durante mucho tiempo y algunos llevan años sin tener contacto con sus familias", afirma Praz. El CICR y la Sociedad de la Cruz Roja de República Democrática del Congo ofrece a estos retornados la posibilidad de llamar gratis a sus familias, un servicio del que hacen uso unas 100 personas al día.
Yvette, una enfermera de 40 años, es una de las personas que han vuelto a su país de origen. Tras trabajar desde hace diez años en Angola y pese a su documento de residencia, fue detenida, según ha relatad0o a la ONG Oxfam, que también trabaja en la zona.
"Todo ocurrió en unos pocos días. Primero escuchamos la decisión de que nos iban a expulsar por el jefe del barrio. Luego, hubo ambulancias con megáfonos difundiendo mensajes en los que se aconsejaba a los extranjeros que se marchara y luego llegaron soldados", cuenta.
Otros, como Jean, un fotógrafo y padre de tres hijos, se habían refugiado en el país vecino huyendo del conflicto en RDC. "Tenía miedo del conflicto y quería salvar a mi familia, pero un día llegó un gran número de hombres armados a mi casa junto con seis soldados", explica.
"Me encerraron en casa, me ataron las manos y me tiraron al suelo. Mientras no podía moverme, cogieron a mi hija y la violaron", relata, asegurando que su hija está "totalmente en shock". "Estoy haciendo todo lo posible para ayudarla. Estos hombres nos robaron todo lo que teníamos", añade.
VUIVEN UNA "EMERGENCIA"
"A cientos de miles de personas les han robado el derecho a una existencia digna", lamenta Blom, portavoz del NRC, al hablar de una crisis que "no es que esté a punto de empezar, sino que es una emergencia completa" ahora mismo. Por este motivo, ha lanzado un llamamiento "urgente" a la comunidad internacional.
El Plan de Respuesta Humanitaria para República Democrática del Congo está cubierto en menos de un 50 por ciento y apenas existe presencia humanitaria en la región de Kasai. A estos factores se suma el hecho de que el presupuesto de 2018 ha quedado ya "prácticamnete obsoleto" por el deterioro de las condiciones sobre el terreno en los últimos tres meses.
La ONG Oxfam teme que el conflicto vuelva a Kasai y la llegada masiva de retornados y la escasez de recursos hagan que la violencia intercomunitaria resurja. Para evitarlo, está distribuyendo dinero en efectivo a los más vulnerables y confía en poder incrementar su respuesta.
Pero para ello, coincide con NRC en que hacen falta fondos. "Esta crisis necesita urgentemente fondos y una rápida respuesta para ayudar al gran número de personas extremadamente vulnerable", alerta el responsable de Oxfam en RDC, Chals Wontewe.