MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El rey de Bahréin, Hamad bin Isa al Jalifa, ha anunciado este lunes que boicoteará aquellas reuniones del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG) en las que participe Qatar, en el marco de la crisis diplomática en la región.
El monarca bahreiní ha subrayado que "ha llegado el momento de tomar medidas más firmes contra los que recurren a países extranjeros para amenazar a los países hermanos y poner su seguridad en peligro", en una aparente referencia a Irán.
"Las cumbres y las reuniones no pueden celebrarse en presencia de los que no buscan el bien para este bloque (el CCG) e intentan impedir su marcha", ha dicho, según ha informado la agencia estatal bahreiní de noticias, BNA..
Así, ha recalcado que "mientras Qatar continúe su postura, Bahréin no participará en cumbres del CCG o en encuentros en los que participe Qatar", reclamando a Doha que "responda a las demandas de los países que tanto han sufrido por sus políticas".
Las palabras del rey de Bahréin han llegado apenas un día después de que el ministro de Asuntos Exteriores del país, Jalid bin Ahmed al Jalifa, pidiera la expulsión de Qatar del CCG y advirtiera de que si Qatar no cambia su actitud, Bahréin no participará en la próxima cita del organismo regional.
"Si Qatar piensa que jugar con el tiempo y evadirse le servirá hasta que sea la próxima cumbre del CCG, está muy equivocado. Si la situación sigue como está, no asistiremos a la cumbre", dijo en un mensaje en su cuenta en la red social Twitter.
El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, afirmó el domingo que está dispuesto a participar en conversaciones mediadas por Estados Unidos con el cuarteto --Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU)-- para solucionar la crisis diplomática en la región.
"Queremos que (la crisis) termine, pero nada va a estar encima de nuestra dignidad y nuestra soberanía", dijo, en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense CBS.
Al Zani desveló que el presidente estadounidense Trump le invitó a acudir a Camp David para mantener un encuentro e intentar solucionar la situación, asegurando que lo aceptó. "Le dije: 'Señor presidente, estamos muy dispuestos' He estado pidiendo diálogo desde el primer día", señaló, añadiendo que "se suponía que la reunión iba a ser muy pronto, pero no ha habido respuesta".
"Queremos que (la crisis) termine. Siempre lo digo. Si van a avanzar un metro hacia mí, estoy dispuesto a caminar 10.000 millas hacia ellos", apuntó.
El emir qatarí acusó nuevamente al cuarteto de buscar "un cambio de régimen", rechazando las acusaciones de estos países contra Doha por "apoyar el terrorismo".
"No les gusta nuestra independencia, la forma en la que pensamos, nuestra visión para la región. Queremos libertad de expresión para la gente de la región, y no les gusta. Piensan que es una amenaza para ellos", remachó.
LA CRISIS DIPLOMÁTICA
Los gobiernos de Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y EAU anunciaron en junio la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Qatar, acusando a Doha de "apoyar el terrorismo".
A la medida se sumaron después Maldivas, Mauritania, el Gobierno de Yemen reconocido internacionalmente, encabezado por Abdo Rabbu Mansur Hadi, y el gobierno asentado en el este de Libia. Asimismo, Jordania y Yibuti han reducido su representación diplomática en Doha.
Qatar ha reiterado en numerosas ocasiones su disposición a negociar con estos cuatro países para lograr un acuerdo, si bien todos ellos han manifestado que sus exigencias "no son negociables", reclamando a Doha que las acepte en su totalidad para solucionar la situación.
Las tensiones entre Qatar y varios países del Golfo se han deteriorado en los últimos meses, a raíz de que la agencia estatal qatarí de noticias, QNA, publicara unas declaraciones del emir en las que criticaba la postura de los países del Golfo contra Irán y hablaba de "tensiones" con Estados Unidos.
Inmediatamente después, QNA denunció haber sufrido un ataque informático y negó la veracidad de la nota publicada, pese a lo cual medios de Arabia Saudí y EAU continuaron informando acerca de las presuntas declaraciones de Hamad bin Jalifa al Zani.
Este hecho provocó las críticas de Doha, lo que llevó a varios países --Arabia Saudí, EAU, Egipto y Bahréin-- a bloquear el acceso a diversos medios qataríes, entre ellos Al Yazira.
Posteriormente, el fiscal general de Qatar, Alí bin Fetais al Marri, anunció que Arabia Saudí y sus aliados fueron los responsables del ataque informático contra QNA.
Las relaciones entre Qatar y otros países del Golfo ya sufrieron un periodo de tensión en 2014 debido al supuesto apoyo de Doha a Hermanos Musulmanes, organización ilegalizada en la mayoría de los países del golfo.
Sin embargo, en dicha ocasión las medidas no fueron tan duras, y sólo implicaron la retirada de los embajadores. En esta ocasión, ha supuesto además la expulsión de ciudadanos del país, así como el cierre de las vías a medios de transporte llegados de Qatar.