MINA (ARABIA SAUDÍ), 13 (Reuters/EP)
El rey Salman de Arabia Saudí ha declarado este martes que la peregrinación a La Meca no debería ser utilizada con fines políticos y sectarios, unos comentarios que se han hecho eco de las acusaciones que hizo el pasado jueves el ministro saudí de Asuntos Islámicos, Salé bin Abdulaziz al Sheij, contra el Gobierno de Irán.
Al Sheij señaló la semana pasada que las autoridades iraníes "muestran una gran hostilidades hacia los musulmanes" y agregó que "no quieren que la peregrinación tenga lugar en condiciones de seguridad", según informó el diario local 'Saudi Gazette'.
Las palabras del monarca han tenido lugar en medio de un incremento de las acusaciones cruzadas entre ambos países por el Hajj --la peregrinación anual a La Meca--, del que los peregrinos iraníes han quedado excluidos por falta de acuerdo entre las autoridades de ambos países.
La semana pasada, el gran muftí de Arabia Saudí, Abdulaziz al Sheij, afirmó que los iraníes "no son musulmanes", un día después de que el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, acusara a las autoridades del país de "asesinar" a peregrinos durante la tragedia de 2015 en La Meca.
El rey Salman ha hablado durante una recepción con varios líderes musulmanes en su palacio de Mina, a las afueras de la ciudad sagrada de La Meca. El monarca ha añadido que la comunidad musulmana debería unirse en su lucha contra "la epidemia del extremismo religioso".
"Este reino se niega a que este grandioso ritual sea utilizado con fines políticos o sectarios", ha declarado el rey Salman. "La exageración y el extremismo en la religión deberían ser aborrecidos, y cuando entran dentro de la comunidad musulmana, perturban su unidad, su futuro y su imagen de cara al resto del mundo", ha señalado el monarca.
La doctrina wahabí, que es la rama del islam que más adeptos tiene en Arabia Saudí, es muy conservadora y considera a los chiíes herejes. No obstante, las autoridades suníes de Riad siempre han permitido su participación en la celebración del Hajj.
Las relaciones entre ambos países empeoraron drásticamente después de la muerte de más de 700 peregrinos en una avalancha en septiembre de 2015 en el valle de Mina, según el balance oficial, si bien el recuento de las embajadas extranjeras sitúa el número de fallcidos por encima de los 2.400.
La República Islámica ya había boicoteado previamente el Hajj en 1987 tras la muerte de 402 peregrinos durante un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad saudíes, en el marco de una protesta contra Estados Unidos e Israel.
Este nuevo incidente diplomático tiene lugar meses después de que Riad cortara sus relaciones con Teherán en respuesta al asalto a su Embajada en Irán por parte de manifestantes que protestaban contra la ejecución en enero de un destacado clérigo chií.