MADRID, 17 Jul. (EDIZIONES) -
Se dice que el dinero no da la felicidad pero, ¿y la reputación? El último estudio elaborado por el Instituto de la Reputación que ha determinado que Canadá es el país más valorado por los demás ha querido cruzar estos datos con otros indicadores para observar cómo afectan el dinero o la corrupción a la imagen exterior.
De este modo, ha comparado los resultados de sus encuestas a más de 48.000 personas sobre lo que opinan de 55 países del mundo con otros estudios anteriores que han medido la economía, la felicidad, la paz y la corrupción, y estos son los resultados.
PODER Y REPUTACIÓN
No, el dinero tampoco da más reputación. Al comparar la lista de los 20 países mejor valorados con aquellos lugares con un Producto Interior Bruto (PIB) mayor, no es hasta llegar a la posición 13 de los más prestigiosos cuando encontramos uno de los más ricos: Reino Unido.
Los países con un PIB mayor son: Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Brasil, Italia, India y Rusia. De todos ellos, cuatro no están entre los más reputados --Estados Unidos, China, Brasil, India y Rusia--, y los que aparecen lo hacen en las posiciones bajas de la tabla.
En el siguiente mapa puedes consultar cuáles son los 20 países que copan los primeros puestos de lugares con mayor reputación.
FELICIDAD
Por lo que respecta a la felicidad, en esta ocasión la relación es la inversa: aquellos países más felices según el informe de Naciones Unidas de 2015 aparecen también como lugares con mejor reputación. La coincidencia es tal que en ambas clasificaciones concuerdan nueve de 10: tan sólo hay un país diferente: Islandia (país muy feliz que no aparece con reputación) y Bélgica (en el puesto 19 en cuanto a su felicidad y el 10 por valoración exterior).
CONFLICTOS
Como podría ser de esperar, la seguridad y los conflictos dentro de un mismo país también determinan cómo este lugar es visto por propios y ajenos. Así se observa en el siguiente mapa en el que vienen marcadas las naciones con menor número de conflictos internos y externos según el Índice de Paz Global del Institute for Economics and Peace. Canadá, Australia y los países escandinavos lideran tanto el ranking de paz mundial como el de reputación.
CORRUPCIÓN
También la corrupción dentro del Estado determina la valoración del mismo: los países que son percibidos como con menores niveles de corrupción en el sector público según el informe de 2014 de Transparencia Internacional son a su vez los que tienen una mejor reputación en este índice global.
En este mapa puedes ver los 15 países que son percibidos como menos corruptos, y observar cómo 13 de ellos están incluidos en el ranking del Reputation Institute --faltan tan sólo Luxemburgo e Islandia).
Todo esto sirve para llamar la atención sobre una de las principales conclusiones del estudio: la reputación tiene un importante impacto en los comportamientos de los accionistas que ayudan a mejorar la economía de los países mediante la llegada de turistas, la inversión extranjera, las exportaciones, etcétera.
AUTOCRÍTICA
Otro de los aspectos interesantes de este informe viene al comparar lo que piensan los ciudadanos de un país sobre sí mismos, y lo que piensan 'los de fuera' sobre ellos: mientras que en algunos lugares los ciudadanos tienen una autoestima alta, en otros se muestran demasiado autocríticos.
El país en el que sus ciudadanos tienen la autoestima más alta es Rusia: la diferencia entre lo que opinan sobre su nación y lo que piensan los de fuera es de 47,2 puntos (sobre 100). Tras éste se sitúan China, India, Estados Unidos y Perú: en todos estos casos las diferencias entre unas opiniones y otras son de más de 18 puntos.
En el lado opuesto están aquellos países cuyos ciudadanos son más autocríticos: Italia lidera la tabla con una diferencia de casi 16 puntos por debajo de lo que opinaban otros sobre ellos. España también aparece en esta última clasificación: los españoles han dado al país casi cinco puntos menos de reputación que los extranjeros.
La diferencia encontrada en España, sin embargo, no es de las más altas que ha presentado el país en los informes de los últimos años. Como se puede observar en el siguiente gráfico, en 2009 la diferencia entre una opinión y otra era de 12,5 puntos, pero inversa a la actual: los españoles pensaban que su reputación era mejor a la percibida desde el exterior.
Desde este punto, sin embargo, la opinión propia no ha hecho más que descender, llegando a su menor nivel en 2014, cuando la diferencia entre la consideración interna y externa fue de 10,9 puntos. Tras esto, la opinión propia ha comenzado a descender a mayor ritmo de lo que lo hace la reputación externa.