MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presiente iraní, Hasan Rohani, ha considerado este lunes que las protestas que se han venido registrando desde el jueves pasado en distintas ciudades del país son resultado tanto de problemas internos del país como de la intervención de los "enemigos" de Teherán, al tiempo que ha prometido "aplastar" a la minoría que está provocando los disturbios.
"Los enemigos de la República Islámica de Irán están enfadados con la gloria, el éxito y el progreso del país y han prometido llevar los problemas regionales a Irán pero, por supuesto, los iraníes y las autoridades responderán ante ellos", ha sostenido el mandatario en un encuentro con los presidentes de las comisiones parlamentarias, según informa la agencia de noticias Mehr.
Según la agencia Fars, Rohani ha mencionado a Estados Unidos e Israel, pero ha hecho especial hincapié en Arabia Saudí, archienemigo de Teherán en la región. "Nuestro éxito en la región ha sido insoportable para ellos", ha defendido el presidente.
Rohani ha resaltado que Irán celebró en 2017 elecciones presidenciales con "un alta participación y quizá las más competidas en años después de la Revolución Islámica de 1979" y ha incidido en que tras las mismas, los enemigos del país confiaban en ver nuevas rivalidades y enemistades.
"Yo creo que lo que ha ocurrido en el último par de días es en la superficie una amenaza que se tiene que convertirse en una oportunidad para encontrar las causas profundas de los problemas", ha aseverado el mandatario, ya que "todos los que están en las calles no son los comandados por extranjeros sino que algunos de ellos están protestando por sus propios sentimientos y problemas".
Así las cosas, ha dejado claro que las autoridades "aplastarán a la pequeña minoría que recurre a medidas ilegales, corea eslóganes contra la ley, insulta los valores sagrados y revolucionarios y provoca daños en propiedades públicas", según informa la agencia Tasnim.
En un mensaje el domingo por la noche, Rohani ya había concedido el derecho de los iraníes a expresar su desacuerdo con el Gobierno. "Los ciudadanos son libres de expresar sus críticas e incluso manifestarse" pero había dejado claro que no se tolerarían los disturbios. Igualmente, defendió que la solución a algunas de las cuestiones planteadas por los manifestantes "no es fácil y lleva tiempo" y apeló a Gobierno y ciudadanos a unirse para "resolver estos problemas".
En su intervención de este lunes, el presidente ha hecho mención especial a la situación económica del país, motivo inicial de las protestas, que han degenerado posteriormente en reivindicaciones contra el estamento religioso que gobierna el país y contra el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
Así, según recogen las agencias iraníes, ha subrayado que en los últimos seis meses el país ha crecido un 6 por ciento, muy por encima de la media mundial en torno al 2 o el 3 por ciento.
Según ha informado la televisión estatal, al menos diez manifestantes murieron este domingo en las protestas que comenzaron el jueves en Mashhad, la segunda ciudad del país, y pronto se propagaron a otras ciudades, incluida Qom, una ciudad santa, y Teherán, la capital. De acuerdo con la BBC, serían en total doce los fallecidos en las protestas.
"Algunos manifestantes armados intentaron tomar el control de algunas comisarías de Policía y bases militares pero se toparon con la fuerte resistencia de las fuerzas de seguridad", ha sostenido la televisión estatal, según informa Reuters.