Los iraníes deciden entre dos candidatos que representan a las dos grandes corrientes en el país, la moderada y la conservadora
MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Irán, Hasán Rohani, se juega su continuidad al frente del país en las elecciones presidenciales de este viernes, en las que su principal rival será el clérigo conservador Ebrahim Raisi, quien a priori contaría con el apoyo del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei.
De los seis candidatos validados para estas elecciones por el Consejo de los Guardianes, finalmente solo quedan cuatro en liza, aunque los únicos con opciones reales de ganar son Rohani, como representante del bloque moderado, y Raisi, como principal candidato del bloque conservador.
Los iraníes deberán elegir entre un pragmático que apuesta por abrir Irán al mundo tras el acuerdo nuclear y por más libertades en el interior (aunque limitadas), y por un clérigo conservador que se ha presentado como el candidato de los pobres, prometiendo millones de empleos.
En los últimos días, otros dos candidatos han renunciado a sus candidaturas con el fin de facilitar la pugna entre los dos favoritos. El primero fue el alcalde de Teherán, Mohamad Baqer Qalibaf, quien dijo renunciar para mantener la unidad de las "fuerzas revolucionarias" y ofreció su apoyo a Raisi.
Un día después, el vicepresidente, Eshaq Jahangiri, hizo lo propio, pero ofreció su apoyo a Rohani. En realidad este último se había presentado como candidato por temor a que el presidente saliente no pasara la criba del Consejo de Guardianes y el bloque moderado se viera sin un representante de peso en estas elecciones.
Rohani también ha recibido el respaldo en los últimos días del expresidente Mohamed Jatamí, principal figura entre los políticos moderados en Irán, así como de los excandidatos presidenciales reformistas Mehdi Karubi y Mirhosein Musavi, ambos bajo arresto domiciliario desde 2011.
Karubi y Musavi se presentaron a las elecciones de 2009 frente al entonces presidente, Mahmud Ahmadineyad, y liderado las protestas que siguieron a los comicios, que dejaron cientos de muertos y miles de detenidos. Precisamente, Ahmadineyad, que ya cumplió dos mandatos, ha buscado volver a la Presidencia en estas elecciones, pese a que Jamenei le había disuadido de ello, si bien el Consejo de Guardianes no validó su candidatura.
EBRAHIM RAISI
Aunque el máximo responsable de Irán no ha apoyado abiertamente a ninguno de los candidatos, como es costumbre en el país, Raisi, de 56 años es visto como alguien de su agrado, entre otras cosas porque fue su alumno durante más de una década.
El clérigo goza de la confianza de Jamenei, como lo demuestra el hecho de que le nombró en 2016 custodio de la organzación religiosa Astan Qods Razavi, que gestiona las donaciones al templo más sagrado del país, situado en la ciudad norteña de Mashhad.
Raisi también forma parte del influyente clero del país --al igual que Rohani-- y ha sido fiscal general del país. Además, fue miembro del comité de cuatro jueces que supervisó la ejecución de miles de disidentes en 1988.
El candidato conservador es el favorito de los Guardianes de la Revolución, la principal fuerza de la República, así como de las milicias Basij, hasta el punto de que ambos órganos han estado haciendo campaña en su favor e incluso han sido acusados de haber costeado autobuses con los que trasladar a personas a sus actos y se teme que puedan hacer lo mismo el día de las elecciones.
El apoyo a Raisi en este caso obedecería principalmente al hecho de que lo consideran más próximo a sus intereses, dado que los Guardianes de la Revolución tienen amplios intereses económicos en el país, con presencia en sectores clave como la construcción o el petróleo, que temen que la continuidad de Rohani pueda dar al traste ante la apertura a la inversión extranjera tras el levantamiento de las sanciones.
Pero el objetivo último de su apoyo al clérigo conservador sería en realidad controlar al sucesor de Jamenei, quien tiene 77 años. "Estas elecciones no son solo sobre elegir al presidente, son sobre la sucesión después de Jamenei", ha destacado Ali Alfoneh, un experto del 'think-tank' Atlantic Council en declaraciones a Reuters.
"Los Guardianes de la Revolución creen que es su oportunidad de eliminar completamente a los tecnócratas y controlar el proceso de sucesión después de Jamenei", ha añadido.
El líder supremo es elegido por un órgano llamado Asamblea de Expertos, del que precisamente Rohani es miembro. Dado que este órgano no está dominado por ninguna de las dos grandes corrientes de la política iraní, quien ocupe la Presidencia en el momento de la muerte de Jameni podría inclinar la balanza. De hecho Jamenei era el presidente de Irán en el momento que se produjo la muerte del ayatolá Ruholá Jomeini, fundador de la República Islámica.
HASÁN ROHANI
Por su parte, Rohani parte a priori con una cierta ventaja, pero muy lejos del contundente resultado que logró en 2013, cuando obtuvo el 50,68 por ciento de los votos y evitó una segunda vuelta frente al segundo candidato más votado, el alcalde de Teherán.
En esta ocasión, parece poco probable que esto ocurra, por lo que Rohani tendría que enfrentarse a Raisi en una segunda vuelta que se celebraría muy probablemente el viernes 26 de mayo.
La principal credencial que aporta el presidente es el histórico acuerdo alcanzado en 2015 con las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní, que ha permitido aliviar en buena medida las pesadas sanciones impuestas contra la República Islámica.
Sin embargo, los resultados, sobre todo en el plano económico, no han sido tan buenos como los iraníes esperaban, hecho que han aprovechado Raisi y otros dirigentes conservadores como arma arrojadiza contra Rohani durante esta campaña. El propio Jamenei ha criticado en más de una ocasión la situación económica en que se encuentra el país.
Aunque el acuerdo ha recibido el visto bueno de Jamenei, una salida de Rohani podría echar por tierra el camino de vuelta de Irán a la comunidad internacional que supuso el acuerdo, incluido el deshielo en la relación con Estados Unidos bajo el mandato de Barack Obama, con una histórica conversación telefónica entre ambos en 2013.
No obstante, está por ver aún la política que adopta la nueva Administración de Donald Trump hacia Irán, puesto que el magnate ha criticado en repetidas ocasiones el acuerdo nuclear.
Por otra parte, Rohani no ha ocultado sus críticas hacia los Guardianes de la Revolución y su papel activo en la economía del país. "La entrada de las fuerzas armadas en tentaciones económicas puede alejarles de su obligación y objetivo original", advirtió en un mitin el mes pasado.
No obstante, el presidente moderado tiene en su haber credenciales suficientes a su favor, tras haber sido asesor de Jamenei, fue negociador nuclear con Jatamí y mantuvo una estrecha relación con el difunto expresidente Alí Hashemí Rafsanyani, una de las figuras más influyentes de la política iraní.
En total 55 millones de los 80 millones de habitantes de Irán están llamados a las urnas este viernes. Los colegios electorales abrirán a las 7.00 horas y cerrarán a las 17.30 horas. El recuento de votos se hará de forma manual, por lo que se espera que el resultado se conozca para el domingo.
Si ninguno de los cuatro candidatos que aún quedan en liza supera el 50 por ciento de los votos, se celebrará una segunda vuelta que debería tener lugar el primer viernes después del anuncio del resultado, a priori el 26 de mayo.