ANKARA 28 Abr. (Reuters/EP) -
El presidente de Irán, Hasán Rohani, participa este viernes en un debate televisivo en el que se enfrentará a su principal rival conservador y a los otros cuatro candidatos de las elecciones presidenciales del próximo 19 de mayo.
Los seis candidatos se centrarán en los problemas económicos del país durante un debate de tres horas que transmitirá la cadena estatal iraní de televisión, según ha informado la agencia de noticias Tasnim. El debate de 2009, celebrado entre el entonces presidente, Mahmud Ahmadineyad, y varios candidatos reformistas calentó los ánimos de los electores y alimentó el malestar que se vio acrecentado cuando el mandatario logró su reelección entre denuncias de fraude electoral.
Los ciudadanos verán el enfrentamiento entre Rohani y el influyente clérigo Ebrahim Raisi, el conservador alcalde de Teherán, Mohammad Baqer Qalibaf, el exministro de Cultura Mostafa Mirsalim y el ex vicepresidente Mostafa Hashemitaba. A este debate también asistirá el vicepresidente de Rohani, Eshaq Jahangiri, que apoya las políticas del presidente y se espera que abandone la carrera antes del día de las elecciones.
FRACASO EN LA POLÍTICA ECONÓMICA
Rohani se enfrenta en el debate a las duras críticas que está recibiendo por su política económica, que ha defendido este jueves tras pedir un mayor compromiso con otros países como clave para la recuperación y el crecimiento. Raisi, el rival más fuerte de Rohani, ha dicho que las políticas económicas y diplomáticas de Rohani han sido un fracaso. Jamenei, por su parte, ha instado a todos los candidatos presidenciales a no tratar la inversión extranjera como la clave para revivir la economía.
Jamenei y sus votantes han presionado a Rohani en las últimas semanas criticando su política con Occidente ya que ha cedido el acuerdo bajo el cual Irán frenó su controvertido programa nuclear a cambio de una reducción de las sanciones. Este acuerdo puso fin a años de aislamiento internacional y supuso una victoria aplastante de Rohani. Sin embargo, los beneficios económicos han sido limitados, ya que muchos inversores extranjeros se han visto afectados por los obstáculos para hacer negocios en Irán, como el mal estado de los bancos, el gran papel del Estado en la economía y la falta de claridad sobre el sistema legal.
El PIB de Irán creció un 7,4 por ciento en 2016 pero esto se debió principalmente a las exportaciones de petróleo, según el Fondo Monetario Internacional. El desempleo oficial es de poco más del 12 por ciento. Sin embargo los analistas independientes lo sitúan en cerca del 20 por ciento.