Acusa a la oposición de haber buscado desde el principio derrocarla y promete que se defenderá con todos los "instrumentos legales"
BRASILIA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Dilma Rousseff ha defendido este jueves su inocencia tras haber sido apartada temporalmente del cargo por el Senado para ser sometida a un juicio político y, tras calificar de "farsa jurídica" lo ocurrido, ha denunciado que el nuevo gobierno interino de Michel Temer carece de legitimidad porque no fue elegido en las urnas.
Arropada por todos sus ministros antes de abandonar el Palacio de Planalto, Rousseff ha comparecido horas después de la decisión del Senado para recordar que fue "elegida por 54 millones de ciudadanos" y para defender su "honestidad y dignidad", lamentando que se le está castigando por "un crimen que no cometí" y acusando a la oposición de haber buscado desde el principio apartarla del cargo.
Rousseff ha advertido de que está en juego "la voluntad soberana de los brasileños", y con ello la democracia, y también las "conquistas para los más pobres y las clases medias" que han supuesto los trece años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil.
"Desde que fui elegida parte de la oposición inconforme pidió recuento de votos, buscó anular las elecciones y luego pasó a conspirar abiertamente contra mí", ha denunciado la presidenta suspendida.
Según Rousseff, esto sumió al país en "un periodo permanente de inestabilidad política" que ha impedido la "recuperación económica". La oposición, ha denunciado, ha buscado "tomar por la fuerza lo que no pudieron conquistar por las urnas".
Como ha venido haciendo en los últimos días, ha reiterado que lo que se está produciendo es un golpe de Estado. "Cuando una presidenta electa es expulsada por un crimen que no cometió (...) no es 'impeachment', es golpe", ha subrayado.
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"NO COMETÍ NINGÚN DELITO"
"Yo no cometí ningún delito y no hay motivos para un juicio político", ha insistido, incidiendo en que se trata de "proceso frágil, jurídicamente inconsistente (...) contra una persona honesta e inocente". "No hay justicia más devastadora que condenar a un inocente", ha lamentado.
"Esta farsa jurídica de la que soy víctima se debe a que como presidenta no acepté nunca chantajes de ninguna naturaleza. Pude haber cometido errores pero nunca cometí ningún delito", ha asegurado, insistiendo en que en todo momento actuó conforme a la ley.
Rousseff ha hecho hincapié en que los hechos de los que se le acusa --haber aumentado el gasto público sin el consentimiento del Congreso-- fueron "actos legales, correctos, necesarios, actos de gobierno, idénticos a los que fueron ejecutados por presidentes que me antecedieron". "En ese momento no eran delito y tampoco es delito ahora", ha recalcado.
Por otra parte, ha dejado claro que Temer, quien ocupará la Presidencia de forma interina durante un máximo de 180 días, carece de legitimidad para gobernar porque no fue elegido en las urnas.
En su opinión, el mayor peligro para Brasil es "ser gobernado por un gobierno sin voto, que no fue elegido por el voto directo de la ciudadanía". En este sentido, ha incidido en que el gobierno interino no estará legitimado para "para implementar soluciones a los desafíos de Brasil" e incluso ha advertido de que podría "verse tentado a reprimir" a quienes se expresen en su contra.
"EJERCERÉ MI MANDATO HASTA EL FINAL"
Asimismo, ha prometido que seguirá luchando. "Voy a luchar con todos los instrumentos legales de los que dispongo para ejercer mi mandato hasta el final, el 31 de diciembre de 2018", ha asegurado. Rousseff ha recordado que "el destino" ya le ha deparado antes "muchos y grandes desafíos", algunos de los cuales le parecieron insuperables, como las torturas de las que fue víctima en la juventud o el cáncer que padeció hace unos años.
"Sin embargo pude vencerlos. Ya he sufrido el dolor de la tortura, de la enfermedad y ahora sufro una vez más el dolor igualmente injusto" de ser acusada de algo que no he cometido, ha añadido. "Jamás voy a desistir de la lucha", ha concluido.
Al término de su mensaje a la nación, Rousseff ha abandonado el Palacio de Planalto, residencia oficial del presidente, y ha sido recibida en el exterior por miles de partidarios que han acudido hasta ahí para ofrecerle su apoyo.
Tras saludar a muchos de los presentes, Rousseff ha vuelto a tomar la palabra para pronunciarse en palabras muy similares a su discurso anterior, denunciando la "traición" y la "injusticia" de la que está siendo víctima y para agradecer el "no inmenso del tamaño de Brasil" que en los últimos días han dado miles de ciudadanos en todo el país al "golpe".