La visita no contempla una petición de disculpas formal a Rousseff
RÍO DE JANEIRO, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inicia este domingo su primera visita oficial a Estados Unidos después de la crisis entre ambos países por el caso de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), por lo que el principal objetivo del anfitrión, el presidente norteamericano, Barack Obama, es normalizar las relaciones.
Sin embargo, la visita no contempla una petición oficial de disculpas a Rousseff, que al igual que otros líderes internacionales fue espiada por Estados Unidos, a pesar de ser considerada una aliada, lo que la llevó a cancelar repentinamente su última visita planeada al país, en octubre de 2013.
"Estados Unidos no adopta la práctica de pedir disculpas por sus actividades de espionaje", ha explicado el director de Comunicación Estratégica del Consejo de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, según informa el diario 'O Globo'.
No obstante, Rhodes alega que Obama ofrecerá a Rousseff algo mejor que unas disculpas, porque podrá explicarle personalmente que el programa de espionaje ha sido alterado para que no se repitan casos así, y que la visita podrá desarrollarse en un clima "despejado" y de total confianza.
Para romper el hielo, Obama ofrecerá a la mandataria brasileña una cena íntima --para 25 invitados-- el lunes por la noche en la Casa Blanca, y al día siguiente mantendrán una reunión de trabajo en el Despacho Oval, donde se espera que aborden temas que van desde las relaciones comerciales hasta el cambio climático.
Mejorar el intercambio comercial es uno de los principales objetivos, porque si bien ambos países mueven 100.000 millones de dólares anuales al año las dos partes creen que la cifra podría doblarse en la próxima década si se realizan los ajustes necesarios para converger en las normas e ir hacia un único marco regulatorio.
Los especialistas consideran que un acuerdo de libre comercio todavía está lejos, pero esta visita de Rousseff podría traducirse en facilidades para la exportación de máquinas, textiles y carne brasileña a Estados Unidos, así como en importantes contratos para la industria armamentística, que llevará una comitiva de empresarios junto a Rousseff.
El intercambio de informaciones y conocimientos militares, un campo en el que las dos potencias no colaboraban plenamente desde hace décadas, es otro de los puntos fuertes de la agenda, así como la posibilidad de que la administración Obama relaje las condiciones para que los brasileños viajen a Estados Unidos.
Pero el objetivo principal de Obama en esta visita tiene que ver con el cambio climático. De cara a la conferencia internacional que se celebrará en París en diciembre quiere que Brasil se una a los compromisos ya adquiridos con China, India y el G-7, para que las principales economías del mundo tengan una posición general común sobre la reducción de gases contaminantes a la atmósfera.
Para cerrar los detalles del viaje, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, conversó este jueves por teléfono con Rousseff, que en su visita también tendrá tiempo para encontrarse con empresarios en Nueva York y para visitar Silicon Valley, en California.