BRASILIA, 18 Abr. (EUROPA PRESS) - La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha confesado este lunes que se siente "agraviada" por el "golpe" lanzado desde la Cámara de Diputados por votar a favor de celebrar un juicio político en su contra por maquillar las cuentas públicas. "Me siento agraviada", ha dicho en el inicio de un discurso emitido en directo por la televisión pública desde el Palacio de Planalto, en su primera reacción al 'sí' que ha dado la Cámara de Diputados al 'impeachment'. Rousseff ha insistido en que "este proceso no tiene fundamento jurídico". En este sentido ha esgrimido que el aumento del gasto público --en plena campaña para la reelección-- obedeció exclusivamente a "criterios técnicos". "Tengo la conciencia tranquila", ha afirmado. "Porque los actos de los cuales me acusan han sido practicados por todos los presidentes antes que yo, solo que entonces no se calificaron de ilegales o criminales", ha apuntado. Rousseff ha destacado además que en las intervenciones en la Cámara de Diputados durante la votación sobre el juicio político "no hubo una discusión sobre acerca del crimen de responsabilidad" del que se la acusa. "Estoy indignada", ha apostillado. Para Rousseff todo ello evidencia que está en marcha "un golpe al que se le intenta dar una apariencia legal y democrática". "Enfrenté a la dictadura y ahora hago lo mismo. Este golpe no es igual al de mi juventud, pero es de la misma naturaleza", ha sostenido. La líder izquierdista ha denunciado además la "inestabilidad política" que ha generado la oposición por intereses meramente políticos. "Practican el juego de 'cuanto peor, mejor'. Cuanto peor para Brasil, mejor para ellos", ha lamentado. Rousseff ha advertido de que no permitirá que estos hechos arrastren al gigante sudamericano. "Vivimos tiempos muy difíciles. El mundo y la historia nos observan. Tengo el ánimo, la fuerza y el coraje suficientes para enfrentar esta injusticia", ha aseverado. La mandataria ha acusado al vicepresidente, Michel Temer, quien la reemplazaría en el cargo, de conspirar en contra suya. "En ninguna democracia del mundo respetarían a una persona que hiciese eso, porque no gustan los traidores", ha apostillado. El vicepresidente brasileño ha iniciado este mismo lunes las gestiones para asumir las tareas de Gobierno una vez que la presidenta Rousseff sea destituida por el Congreso, después de la derrota que la líder izquierdista ha sufrido en la Cámara de Diputados. Ahora el proceso de 'impeachment' pasará al Senado, que deberá dar su visto bueno para que se abra el juicio político a la presidenta. En un plazo máximo de 180 días se deberá decidir sobre la continuidad de Rousseff en el Palacio de Planalto. En el caso de que sea cesada para ser investigada, Temer ejercerá la Presidencia de forma interina. Fuentes cercanas a Temer han revelado al diario brasileño 'Folha' que el vicepresidente utilizará este periodo de tiempo para elegir a los ministros de su virtual Gobierno y pensar cuáles serán sus primeras medidas. La mandataria ha dicho que no considera la opción de convocar nuevas elecciones presidenciales e insiste en que seguirá luchando. "El gobierno no va a renunciar a ningún instrumento para ejercer el derecho de defensa", ha añadido Rousseff, que va a hacer frente a "todo el proceso". "No me dejaré abatir, no me voy a paralizar por esto, voy a continuar luchando y voy a luchar como lo hice toda la vida (...). Están torturando mis sueños, mis derechos, pero no van a matar mi esperanza, porque sé que la democracia está del lado correcto de la historia", ha sentenciado.