MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han criticado el rechazo del Ejército de Sudán de unirse a una reunión regional en la capital etíope, Adís Abeba, donde líderes africanos están reunidos para abordar la guerra desatada el 15 de abril.
Las RSF, que han agradecido la invitación de la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD), el principal organismo de cooperación de los países del este de África, han considerado que es "desalentador que las Fuerzas Armadas Sudanesas hayan declinado participar en la cumbre pese a estar presentes en Adís Abeba", mientras que han remarcado que su propia asistencia se debe a su "firme creencia de que debe encontrarse una solución pacífica (...) lo antes posible".
"Su decisión solo sirve para reforzar nuestras afirmaciones de que el aparato de toma de decisiones de las FFAA se ha visto en entredicho, con múltiples facciones compitiendo por el control", reza un comunicado de las paramilitares, que han apuntado a que las "divisiones internas" perpetúan la crisis y obstaculizan los esfuerzos de los aliados regionales e internacionales de poner fin al conflicto.
Así, las RSF han considerado que esta negativa "recuerda a las políticas radicales del antiguo régimen autoritario, que sumió a nuestro país en 30 años de oscuridad y aislamiento, sometió a nuestro pueblo al terror y la corrupción, y dio lugar a sanciones sistemáticas que afectaron negativamente a todos los aspectos de la vida en Sudán".
Según recoge la misiva, para las RSF, el Ejército está decidido a "prolongar esta guerra", alegando que las pruebas son el boicot a la cumbre y los continuos ataques indiscriminados contra barrios residenciales de la capital, Jartum, así como su papel al alimentar "las tensiones étnicas y tribales, promoviendo el discurso el odio e implicando al Estado en la guerra".
El Ministerio de Exteriores sudanés confirmó la llegada de la delegación del Gobierno a Adís Abeba, indicando que el boicot se debe a la presencia de Kenia en el encuentro, puesto que el líder militar sudanés, Abdelfatá al Burhan, considera que le presidente keniano, William Ruto, no es imparcial en el conflicto, acusándole de encubrir intereses económicos en el país.
La IGAD, que convocó esta cumbre a cuatro entre Etiopía, Kenia, Yibuti y Sudán del Sur, ha publicado un comunicado en el que ha señalado que "toma nota de la lamentable ausencia de la delegación del Ejército sudanés a pesar de la invitación y confirmación de asistencia", y ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto, las reiteradas violaciones de los diversos acuerdos de alto el fuego y la propagación de la violencia fuera de Jartum.
Asimismo, ha indicado que no existe una solución militar para el conflicto, por lo que ha decidido concentrar los esfuerzos de todas las partes interesadas para lograr una reunión cara a cara entre los líderes de las partes enfrentadas. Sin embargo, ha solicitado a la Fuerza de Reserva de África Oriental (EASF, por sus siglas en inglés) que considere el despliegue para la protección de civiles y garantizar el acceso humanitario.
Por otro lado, ha reconocido los "continuos esfuerzos de Naciones Unidas y socios regionales e internacionales, incluidos Estados Unidos y Arabia Saudí. También ha agradecido a los países vecinos de Sudán la apertura de sus fronteras para brindar protección a los sudaneses, aunque a expresado su preocupación por el impacto de la guerra en los desplazados.
Con motivo de este comunicado, Washington ha felicitado a los líderes de la IGAD por celebrar la cumbre e invitar a los socios. El embajador estadounidense para Sudán, John Godfrey, ha remarcado que las partes militares deben encontrar una salida negociada a la crisis: "Cuanto antes lo hagan, menor será el daño al país y el sufrimiento del pueblo sudanés".
"Los llamamientos de algunas voces dentro de los partidos militares y otros actores para rechazar cualquier solución negociada del conflicto y continuar luchando son irresponsables e inconsistentes con el deseo de los civiles sudaneses de silenciar las armas", ha indicado Godfrey, que ha reiterado que "está claro que una victoria militar de cualquier de los beligerantes en el conflicto implicaría un costo humano inaceptable".
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, al ser preguntado en rueda de prensa sobre la situación en Sudán, ha indicado que esta reunión "sigue enviando a las partes enfrentadas el mensaje (...) de que el mundo está observando".
"Estados Unidos y nuestros socios regionales están unidos en el llamamiento a las partes para que pongan fin inmediatamente a los combates", ha declarado, remarcando que están "emprendiendo esfuerzos diplomáticos" y están "imponiendo medidas que obliguen a las partes a rendir cuentas siempre y cuando sea apropiado".
El conflicto que estalló el 15 de abril ha dejado hasta el momento más de 1.100 muertos, según el Ministerio de Salud sudanés, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas teniendo en cuenta la violencia intercomunitaria desencadenada en las regiones de Kordofán y Darfur.
Además, más de 2,9 millones de personas han sido desplazadas, incluidas casi 700.000 que han huido a países vecinos, según datos publicados la semana pasada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre informaciones de atrocidades diarias y abusos sexuales a gran escala contra las mujeres y niñas del país.