MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno ruandés ha rechazado la "lamentable" decisión de las autoridades congoleñas de expulsar a su embajador en el país, en lo que consideran un intento de convertir a Ruanda en "cabeza de turco" de los avances registrados en las últimas horas por el movimiento rebelde M23, un grupo presuntamente vinculado con las autoridades ruandesas.
El portavoz del Gobierno congoleño, Patrick Muyaya, reconoció este pasado sábado que el avance del M23 en las localidades de Rugari, Kiwanja y, sobre todo, Rutshuru central, en el este del país, supone una "amenaza para la seguridad nacional", según declaraciones recogidas por el portal de noticias congoleño Politico.
La toma del centro de Rutshuru despeja en principio el camino de los rebeldes a la capital de Kivu del Norte, Goma, en la misma frontera con Ruanda, y ahora mismo el lugar a donde están escapando miles de personas a lo largo de todo este fin de semana.
El Gobierno congoleño ha achacado este avance a la "llegada masiva en los últimos días de elementos del Ejército ruandés para apoyar a los terroristas del M23" con vistas a una "una ofensiva general contra las posiciones de las fuerzas armadas congoleñas". Por ello, el Consejo Superior de Defensa de RDC acabó proponiendo al Gobierno la expulsión inmediata del embajador ruandés, Vincent Karega.
La expulsión del embajador, a juicio del Gobierno ruandés, no es más que "otro intento de las autoridades congoleñas de encubrir y distraer a la gente de sus propios errores de gobierno y seguridad", lamenta el Gobierno ruandés en un comunicado publicado este domingo por el diario 'The New Times', en el que avisa de que sus fuerzas en la frontera con RDC "siguen en alerta" ante esta "intensificación" de la crisis.
Como ha hecho en otras ocasiones, Ruanda acusa al Ejército congoleño de "actuar en connivencia" con el principal grupo rebelde ruandés, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) "y sus intentos de bombardear la frontera con artillería pesada".
El Gobierno ruandés también llama la atención sobre "el constante discurso de odio" que las autoridades congoleñas están esparciendo sobre los ruandeses y las comunidades kiñaruanda" que viven en la frontera entre ambos países.
En términos generales, Ruanda considera "lamentable" que el Gobierno congoleño "siga intentando convertir a Ruanda en una cabeza de turco par encubrir sus fracasos" y reitera que el país "sigue comprometido hacia una solución sostenible y pacífica" de la crisis en la zona.